Dios detesta la desobediencia

(Génesis 3)

“Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” Génesis 3:11

En el pasaje de la caída del hombre podemos aprender muchas cosas acerca del humano, pero también podemos aprender mucho acerca de Dios.

Lo primero que me llama la atención es que Dios le dio la oportunidad a Adán y a Eva de obedecerle. Si no ¿para qué crear un árbol cuyo fruto sería prohibido? ¿por qué Dios pondría normas y reglas sabiendo que el ser humano no las obedecería?

Parece que la capacidad del hombre para tomar decisiones, capacidad que nos fue dada por Dios por cierto, es muy importante para el creador: a Dios le importa nuestro libre albeldrio, nuestra capacidad para elegir

¿Por qué? Se me ocurre pensar que a Dios no le interesan criaturas que le hagan caso de manera automática, como robots programados para obedecer; el creó al humano con la idea de mostrarle las opciones: puedes obedecer a tu creador o puedes desobedecerle, pero cada decisión tiene consecuencias buenas y malas.

Una de las excusas favoritas de muchas de las personas a las cuales les he enseñado el evangelio de Cristo (sobretodo personas jóvenes) es que en el cristianismo, desde su punto de vista, hay demasiadas reglas, ven a Dios como una persona que le quita la diversión a la vida prohibiéndonos de todo.

En el caso de Adán y Eva la prohibición fue acerca de comer una fruta, una regla demasiado simple y sencilla… pero las consecuencias de no hacer caso al consejo de Dios fueron catastróficas para la humanidad, al punto que todavía sentimos sus consecuencias: un mundo perfecto en su concepción, se deterioró por completo; ahora hay dolor, sufrimiento y muerte en la vida del hombre.

En este capítulo aprendo que cuando Dios nos dice que no hagamos algo, mejor lo tomamos en serio, el no nos quiere arruinar la vida, al contrario, quiere que la disfrutemos al máximo.

Aprendo que Dios no es una persona caprichosa que pone reglas al azar, aprendo que sus reglas son por razones que muchas veces desconocemos, pero no son puro capricho. Dios quiere lo mejor para nuestras vidas, es por eso que debemos hacerle caso y obedecerle

Aprendo, básicamente, que Dios es bueno.

Y al pensar en eso, toda mi perspectiva acerca de Dios cambia.

En palabras de Cristo:
“Ninguno hay bueno, sino sólo Dios” Lucas 18:19

Si, Dios es bueno.


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