«Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?» Números 23:19
¿Cuántas veces he dudado de una promesa que Dios me ha dado? ¿Cuántas veces he dudado del cumplimiento de su palabra en mi vida? ¿Cuántas veces he pensado que quizás la palabra que recibí no era de parte de Dios cómo yo creía? ¿Cuántas veces me ha faltado la fe?
No son pocas las veces que esto me ha ocurrido, es por eso que estas palabras dichas por Balaam pueden y deben volver a pronunciarse en nuestros tiempos. Si Dios habló ¿no va a cumplir?… ahora, otro asunto es saber si de verdad fue Dios quien lo dijo.
Hoy en día hay muchos «profetas» que reparten palabra por doquier, llegando a confundir a algunos miembros del cuerpo de Cristo de manera que muchos toman decisiones nefastas por una «palabra de Dios»
Todo debemos someterlo a la luz de la palabra, de hecho, debe ser nuestra principal fuente de conocimiento divino ¿Quieres que Dios te hable? ¿Quieres saber cuál es su voluntad en tu vida? Entonces lee la biblia.
Dios no miente, pero el hombre si, llámese «pastor», «profeta», «apóstol» o lo que sea.
La biblia debe ser la principal fuente de promesas de Dios para nuestras vidas
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