Divorcio: ¿Por Cualquier Causa?

Introducción: 
Vivimos en una era perversa. Tal perversidad es especialmente fuerte en el área del divorcio. No es nuevo, los cristianos del primer siglo enfrentaron esta difícil situación, en aquella época donde “el divorcio floreció” por causas similares a la de hoy.
1.       Entre los Romanos. 
§           “El padre de una mujer podía promover o impulsar su divorcio” así escribe Balsdon uno de los escritores de mayor autoridad sobre temas de las mujeres en Roma. Hasta el segundo siglo un padre caprichoso podía por su propia iniciativa recuperar a su hija divorciándola de su esposo en contra de la propia voluntad de la hija
§           “Una mujer podía recibir carta de divorcio, por negarse a tolerar que su esposa tuviese una amante”
§           “Una mujer podía recibir carta de divorcio, y después casarse con otro hombre y que tenga hijos por ella”. Esto se hacia por conducta de los padres de la mujer; un padre que tenia su hijo, siendo él amigo del padre que tuviera una hija casada, “él la podía pedirla para que le tuviera hijos a su hijo”. 
2.       Entre los Judíos. 
Las cosas no fueron mejores entre el pueblo con los que Dios había hecho convenio. Cunningham Geike escribió la ley de divorcio de los fariseos y decía: 
§            “Si alguno de los fariseos ve a una mujer mas guapa que su esposa, puede despedirla y tomar esta otra mujer mas guapa que su esposa”. Aun tenían la audacia de justificar esto con textos de la Biblia. 
Aun los más estrictos como los del Shamai decían: 
§            “Si la esposa sale y no lleva su rostro cubierto por el velo, déle carta de divorcio”. Los Rabí siempre estaban al tanto si la mujer andaba el velo, otros como Josefa decía: “Una forma correcta por la cual podía divorciarse de su mujer era si no le complacía su conducta o comportamiento.” 
La otra escuela, la de Hillel decían: 
§            “Si la mujer le cocina mal la comida al esposo como pasada de sal, o quemada, puede despedirla” –¡más aún! Cuando tiene un grave problema de salud corporal.     
       Había una facilidad para divorciarse en aquellas épocas. Pero no solo ellos han facilitado esto en nuestro tiempo, son más numerosas las razones por el abandono. Para los que temen a Dios y creen en (2Cor.5:10) debemos saber que “usar cualquier causa para dejar al cónyuge” traerá condenación de parte de Dios. 
Conclusión: 
       Finalmente consideremos la palabra de Dios en (Mat.19:5-9), ciertamente decidir casarse es un acontecimiento grande y serio, por ello es importante analizar con quien compartirá su vida porque después no podrá solucionar su situación divorciándose ¡salvo que sea por fornicación! 
       Esto lo entendieron muy bien los apóstoles, y por eso alguien dijo: “Si así es la condición…no conviene casarse” (Mat.19:10). Definitivamente es necesario escoger bien – no podrá después querer divorciarse por decir: 
EL:                                     ELLA:
Es Borracho                        No sabe cocinar
Es Parrandero                     Es Haragana
Es Mariguanero                   No me ama
Es Irresponsable                  No ama a los niños
Es Grosero                         No se sujeta
Es Machista                        No cuida la casa



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