El bautismo, un paso de fe importante y esencial que se debe tomar con seriedad

El bautismo se lo hace una vez y cuando una persona acepta que Jesús murió en la cruz por sus pecados, y cree que es merecedor de la vida eterna gracias a este acto de infinito amor.
El bautismo se lo debe hacer por inmersión, es decir, sumergiéndose completamente en el agua. ¿Por qué? Porque así damos muerte al pecado y a todo lo que fuimos antes para ser nuevas criaturas. (Romanos 6:1)
¿Qué representa? Se representa en 3 etapas. La primera: El instante de bajar al agua quiere decir que estamos dando muerte a nuestro antiguo cuerpo. Segunda: cuando estamos bajo el agua completamente sumergido representa la muerte de nuestro cuerpo pecaminoso y La tercera: al salir del agua nuestro cuerpo es santificado y somos nuevas personas.
Hacemos esto para participar de la muerte de Jesús y así mismo para participar de una nueva vida.

¿Por qué se debe hacer el bautismo? El bautismo, más que un requerimiento, es un paso de fe muy importante en la vida de todo creyente, es la acción de decir que somos seres humanos pecadores, pero que creemos en Jesús y queremos una nueva vida, una nueva oportunidad.

¿Es una obligación? No, nadie debe hacerlo por obligación. Se debe hacerlo porque es un deseo genuino del corazón.

Jesús dijo: Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer en todo lo que les he mandado a ustedes.

El bautismo es un mandato de Jesús que se debe cumplir.

Si quieres bautizarte no lo hagas ni con dudas ni con miedo. Hazlo de corazón y para agradar a Dios.
No importa que edad tengas, nunca eres demasiado Joven o demasiado Anciano para bautizarte. Pero eso sí, si lo haces, debes hacerlo con el pleno conocimiento de que aceptaste a Cristo en tu corazón y estás consciente de que quieres comenzar una nueva vida digna y agradable delante de los ojos de Dios.
Es algo que no se debe hacer por moda o porque todo el mundo lo hace o solo para participar de la Santa Cena, Es una decisión personal en la que nadie puede influir.

Y como Pablo le dijo a los Gálatas: He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe, en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.

Acepta este reto que no te arrepentirás Jamás.


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