El Discípulo Pedro. (3)

OvejitasLe dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?… y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo.Juan 21:17.

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Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?”. En tres ocasiones Jesús resucitado hizo esta pregunta a su discípulo Pedro, como si fuese un recordatorio de su triple negación. El Señor había dicho a sus discípulos que ellos lo abandonarían en el camino que lo conducía a la cruz. Pedro había declarado confiadamente que seguiría a su Maestro hasta la muerte; sin embargo lo negó tres veces.

En la cruz Jesús llevó el castigo que merecían nuestros pecados, incluso las negaciones de Pedro. Aquí, Jesús había resucitado y se presentó a algunos de sus discípulos, principalmente a Pedro. Escogió ese momento al final de la comida que había preparado para sus discípulos. Empezó el diálogo que restablecería y profundizaría la comunión con su discípulo.

Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?” (v. 15). Tres veces la pregunta llena de gracia y de verdad sondeó el corazón de Pedro. “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo” (v. 17).

El Señor magnificó su gracia hacia Pedro: «A ti que no merecías mi gracia, te confío el cuidado de aquellos a quienes amo. “Apacienta mis corderos… Pastorea mis ovejas”. Ocúpate en mi lugar de todos aquellos a quienes amo, pequeños y grandes».

Si somos conscientes de haber traicionado, en cierto modo, el amor de Cristo, el Señor no quiere que el peso de nuestras faltas permanezca sobre nosotros. Se acerca a nosotros como lo hizo con Pedro. Confesemos nuestra traición y recibamos su amor.


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