El Poder De Las Palabras – 180 Grados de Cambio

180 Grados de Cambio

 

Introducción

En las últimas semanas hemos avanzado eficientemente, en los 6 elementos diferentes que necesitamos recoger en nuestro viaje, para controlar nuestras palabras. La semana pasada hablamos de cómo podemos pintar un cuadro de un futuro esperanzador, con las palabras que usamos, hoy continuaremos nuestro estudio observando una de las partes más importantes del poder de nuestras palabras: “como negar y como corregir los resultados de nuestra confesión negativa”.

La pregunta que muchos fallan en contestar

A lo largo de este estudio he compartido, cómo Dios me ha cambiado en el área de controlar mis palabras. Por ejemplo, algunas semanas atrás, Él me desafío a cambiar la confesión que hacia acerca de mi tiempo. Yo estaba produciendo resultados no deseados, debido a la confesión que estaba haciendo, acerca de la cantidad de tiempo que tenía. Estaba viviendo la realidad de lo que estaba diciendo con mis labios.

Hace algunas semanas atrás, me crucé con otra observación que cambio mi manera de ver, al poder de mi confesión. Siempre he visto el poder de mis palabras como algo preventivo, es decir, me enfoco casi completamente en lo que debo hacer para hablar correctamente y negar las confesiones negativas. Pero si es cierto lo que dice Santiago 3:2, entonces todos comentemos errores con las palabras que decimos. Por tanto, si constantemente comentemos errores con las palabras que decimos, entonces es importante que sepamos qué debemos hacer para corregir las consecuencias negativas, que tomaron lugar en nuestras vidas.

“¿Qué hacer cuando has sembrado palabras negativas y estas recibiendo una cosecha de ellas en tu vida?”

Es muy importante que respondamos esta pregunta, porque nuestra respuesta a esta pregunta, nos ayudará a tener un entendimiento completo de la lección. Algunas veces nos vemos cosechando los resultados de las malas elecciones, que hemos hecho con nuestras palabras. La Palabra de Dios nos da una salida para corregir esta situación; si somos obedientes, el Señor, nos socorrerá y ayudará a corregirla.

Juan corrigiendo confesiones negativas

El libro de Juan nos muestra algunos aspectos importantes, del poder de nuestra confesión.

1 Juan 1:9“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

1 Juan nos muestra que la manera para romper los resultados negativos, que vemos constantemente en nuestras vidas, es el acto de confesar aquellos pecados o faltas. La Biblia nos ha dado la herramienta de confesar nuestros pecados, para ayudarnos a corregir nuestras situaciones negativas. Cuando hacemos esto, recibimos perdón.

Algunas cosas acerca de la práctica de confesar nuestros pecados

  • Dios no se está enterando de nuestros pecados, cuando los estamos confesando. Muchas personas creen que cuando confesamos nuestros pecados, Dios se entera de ellos por primera vez. En realidad, un Dios que lo sabe todo, ya sabe acerca de nuestros pecados; Él conoce pecados en nuestra vida, que incluso nosotros mismos no sabemos que existen. Cuando confesamos nuestros pecados, podemos estar conscientes de ellos y reconocer que son incorrectos.
  • Confesar nuestros pecados tiene poco que ver con sentir pena. Muchas veces las personas confiesan que sienten pena o que se sienten mal, por lo que hicieron o están haciendo, en lugar de confesar sus pecados. Aunque sentir pena puede ser un sentimiento valido, no es lo que la Biblia dice que debemos hacer; la Biblia nos enseña a confesar nuestros pecados.
  • Confesar nuestros pecados es la primera etapa antes del arrepentimiento. El objetivo real de confesar nuestros pecados, es que sigamos adelante a la siguiente etapa, que es el arrepentimiento. Arrepentimiento es por definición, hacer un cambio de 180 grados, en otras palabras, pido perdón y luego comienzo a moverme en otra dirección.

El objetivo de confesar nuestros pecados y arrepentirnos, es que haya un cambio de vida, en cuanto al pecado, que el creyente haya reconocido el error en su camino y se haya alejado de ese pecado.

Borrón y cuenta nueva

La mejor ilustración que se me ocurre, es la de una pizarra; imagina que en una pizarra están escritos todos los pecados que tienes en contra y que esa pizarra se borra solo en dos ocasiones. La primera es cuando se borran todas las cosas que hiciste antes de ser salvo. Esos pecados son borrados de la mente de Dios, cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Él nos perdona y cambia nuestro espíritu de uno muerto a uno vivo en Cristo. El desafío está en que esos nos serán los únicos pecados que cometeremos. Cuando esto pasa la lista de ofensas que está en la pizarra, es borrada para nunca más regresar.

1 Pedro 2:24“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”

Cuando recibimos a Cristo, hemos nacido de nuevo, el deseo natural de nuestro espíritu interno esta ahora vivo en justicia. Pero el que nuestro espíritu haya nacido de nuevo y tenga los deseos de Dios, no significa que siempre ganara la batalla que hay entre el espíritu que ha nacido de nuevo y la carne que no ha nacido de nuevo.

Romanos 7:14-25“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23. pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25. Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.”

En esta batalla entre el espíritu nacido de nuevo y la carne no crucificada, la mayoría del tiempo, el espíritu gana, pero cuando gana la carne, tiene que haber una manera para que el pecado sea eliminado.

La segunda ocasión en que puede ser borrada la lista de ofensas que está en contra nuestra, es cuando hemos pecado después de la experiencia de salvación y la confesión de nuestros pecados.

1 Juan 1:5-10“La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.”

Hay tres personas a quienes necesitamos confesar nuestros pecados

Como lo explicamos antes, todos tenemos una tendencia a decir palabras que no agradan a Dios. Esta es una de las razones de por qué Dios nos dio la capacidad para confesar nuestros pecados y arrepentirnos. Cuando se trata de nuestros pecados, existen tres personas a quienes necesitamos confesarlos.

  • A Dios. Como lo discutimos antes, cuando confesamos nuestros pecados, no es la primera vez que el Padre se entera, en realidad Él lo supo todo el tiempo. Lo que hacemos, es reconocer que esa no es la conducta correcta de un hijo de Dios y también es aceptar que de alguna manera, hemos hecho un mal al Padre. Hemos hecho algo que no está de acuerdo con la conducta de un hijo de Dios. Tomando esto en consideración, El Padre, debe ser la primera persona a quien debemos pedir perdón.
  • A la persona a quien hicimos mal. Muchas veces cuando pecamos, lo hacemos en contra de otra persona, es decir, nuestro pecado ha afectado a otra persona. Cuando eso pasa la Biblia, nos enseña que debemos pedir perdón a la persona a quien hicimos mal. Es importante que nos demos cuenta que la Biblia no nos enseña que esa persona tiene que perdonarnos, puede que algunas veces no lo haga, pero nosotros todavía tenemos la responsabilidad de acércanos y pedirle perdón. Esto también incluye a todos quienes han sido afectados por el pecado.
  • A nosotros mismos. Muchas veces la persona más difícil de perdonar es nosotros mismos. Como hijos de Dios existen ciertas cosas que no estamos permitidos hacer, cuando las hacemos, debemos perdonarnos a nosotros mismos, para poder seguir adelante.

Para aplicar correctamente el principio de perdón, debemos discernir a quienes necesitamos pedir perdón, cuando hemos cometido ciertos pecados.

Las consecuencias del pecado

Es de gran importancia que tengamos en mente, que el que hayamos sido perdonamos de nuestros pecados y nos hayamos arrepentido, no significa que no recibiremos la consecuencia de ese pecado. Por ejemplo, cuando una jovencita queda embarazada antes del matrimonio, el bebé no desaparece simplemente, a menudo hay consecuencias de ese pecado. Dios puede hacer que la situación sea para bien, pero frecuentemente hay desafíos, a los que tenemos que hacer frente, debido al pecado.

Pasos prácticos para el arrepentimiento

Como lo discutimos antes, hay dos etapas en el proceso del arrepentimiento. El primero es pedir perdón y el otro es el arrepentimiento. El arrepentimiento es un cambio de 180 grados, es hacer lo necesario para que el pecado no se repita. A continuación hay una lista de cosas que te ayudarán con este proceso.

Hebreos 12:1-2“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2. puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”

1.     Tomar responsabilidad por nuestras propias acciones. Todo cambio comienza con tomar responsabilidad. Cuando tomamos responsabilidad, aceptamos que estábamos equivocados y que hemos pasado por el proceso del perdón.

2.    Reconocer los patrones. La mayoría del tiempo pecamos cuando estamos en las mismas situaciones  o en el mismo ambiente. Si podemos reconocer estos patrones e intentar alejarnos de la tentación, podremos limitar las veces en que caemos en este tipo de pecados.

3.    Tener alguna forma de redición de cuentas. Nadie es lo suficientemente, fuerte para resistir a la tentación por ellos mismos, si lo fuéramos, entonces no tendríamos tantas tentaciones. Por esa razón, debemos encontrar a una persona que nos pueda ayudar esa área. Ellos pueden pueden vigilarnos en una área y nosotros hacer lo mismo por ellos.

4.    Haz un plan de acción que sea guiado por el Espíritu. La definición de arrepentimiento es hacer un cambio de dirección de 180 grados y para hacerlo uno debe hacer movimientos estratégicos y planes. Debemos pasar algún tiempo pensando acerca de lo que haremos para cambiar nuestra conducta en el área del pecado.

5.    Estudia las escrituras para encontrar cómo nos enseña Dios, a caminar libres de la tentación. La Biblia es nuestra mejor fuente de instrucción en cómo caminar libres de pecado. Deberíamos usarla como un manual, cuando nos arrepentimos.

Conclusión

Debido a nuestra naturaleza humana, todos somos dados a caer en el pecado de vez en cuando. La Biblia nos da esperanza para que podamos continuar caminando libres de él y honrar a Dios. El arrepentimiento y el perdón, son dos maneras principales en que podemos hacer esto.


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.