Mantener incólume la ortodoxia bíblica.
Las Sagradas Escrituras, como revelación de Dios, han de ser siempre la autoridad suprema de fe y conducta. Ante el afán desleal y osado de los apóstatas por restarle autoridad, la Iglesia fiel ha de mantenerse firme en su defensa (Judas 3). Ante la flagrante tergiversación de la Biblia por los liberales y “ungidos” de este tiem
La Iglesia, para cumplir su rol evangelizador, edificador y de defensa tiene que depender totalmente del poder del Espíritu Santo y la autoridad de la Palabra de Dios. Sus ministros jamás deben inclinarse por el uso de las fórmulas de la “mercadotecnia” que hoy están de moda, la oferta de un “evangelio fácil y barato”. “El Evangelio es poder de Dios para salvación” (Romanos 1:16) y no necesita de ninguna estrategia carnal para su efectividad. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6). Como bien dijera MacArthur: “Después de todo, el “poder de Dios para salvación” no está en nuestras anécdotas, aplicaciones, fórmulas, chistes, títulos llamativos, bosquejos ingeniosos u otros dispositivos que inventemos, sino que es un Evangelio eterno”.
El Evangelio en el sentido en que Pablo y los apóstoles emplearon la palabra incluye toda la verdad revelada acerca de Cristo (Romanos 1:1-6; 1 Corintios 15:3-11). El rol de la Iglesia Fiel es predicar todo el consejo de Dios (Hechos 20:27).
Vivir la fe bíblica.
La Iglesia de Cristo está compuesta por todos los que han sido regenerados por el Espíritu Santo, por quienes sólo así llegan a ser verdaderos hijos de Dios, y, de éstos Cristo dice: “Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo” (Mateo 5:13-16). La Iglesia fue colocada en el mundo para desempeñar un rol doble: Como sal para detener el proceso de descomposición social, y como luz para deshacer las tinieblas.
Ser sal en la tierra significa que debemos ser sinceros, francos y valientes predicando contra el mal. El reformador Martín Lutero decía: “La sal arde. Aunque ellos nos critiquen…”. Cristo dijo “Vosotros sois la sal”. Él no dijo vosotros sois el caramelo o la miel del mundo. La sal arde, porque la vida y el mensaje que la Iglesia predica siempre está contrapuesto con la filosofía carnal de esta sociedad.
La Iglesia como luz, significa que nuestras obras son conocidas por la sociedad, Cristo dijo que sus discípulos serían reconocidos por sus “buenas obras”, esto es claro que es una expresión que generaliza todas y cualquier manifestación externa y visible de la fe cristiana. Cristo dijo: “Vosotros sois la luz del mundo”. Él no dijo: Vosotros sois antorchas humeantes o luces de bengala. Los cristianos somos puestos para brillar como luminares en el mundo, en medio de una generación maligna. Los cristianos debemos ser como Juan Bautista que era “antorcha que ardía y alumbraba” (Juan 5:35).
El rol de la Iglesia Fiel es ser sal y luz en cualquier tiempo, lugar y circunstancia. Es su ineludible responsabilidad y es su gran privilegio.
Conclusión
La apostasía está alcanzando dimensiones alarmantes, la Iglesia profesante ha caído victima del sopor maligno del engaño de Satanás. Está dormitando, no percibe ni se da cuenta de su trágica situación. Sus líderes se precian de ser los “conquistadores de este mundo”, y por la algarabía de un avivamiento falso no perciben las maniobras del diablo en la conformación de la súper iglesia mundial del Anticristo.
Fragmentos del Artículo LA IGLESIA FIEL FRENTE A LA APOSTASIA ACTUAL
Por Pastor Víctor Pino Gamboa
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