El secreto sucio de Darwin

Pocas veces se habla de lasconsecuencias no-científicas de la teoría evolucionista. Recientemente,especialmente por la controversia suscitada por los escritos del afamado E. O.Wilson, el asunto ha sido traído a la luz.
Este artículo habla de lareacción a un controvertible libro sobre este tema: «La Historia Naturalde la Violación». La controversia está servida.
Siempre se ha sabido que losevolucionistas han tenido la ambición de ser más que científicos; también quierenser profetas de una visión mundial evolucionista. La evidencia más reciente detal imperialismo intelectual viene de un nuevo libro, The Natural History ofRape (La historia natural de la violación), el cual sostiene que la selecciónnatural explica todo el comportamiento humano—hasta el crimen de la violación.Los autores, Randy Thornhill de la Universidad de New Mexico (EE.UU.), y CraigPalmer de la Universidad de Colorado (EE.UU.) proponen la tesis tansorprendente de que la violación no es patológica, sino que es una adaptaciónevolucionista—una estrategia para llevar al máximo el éxito reproductor.
El libro ha incitado unaavalancha de protestas en los programas televisivos de actualidad y en laspáginas de opinión en los periódicos. Pero los autores responden diciendo quesimplemente están aplicando la “psicología evolucionista” (un nombre nuevo parala sociobiología), la cual afirma que la selección natural produjo no sólo elcuerpo humano, sino también el comportamiento humano. Cualquier comportamientoque sobrevive, debe de haber sido conservado a través de la selección natural,porque concedía alguna ventaja evolucionista.
¿Incluye esto la violación? Losautores dicen que sí. Los hombres violan al perder en la competición por unapareja. Si fallan las flores y los chocolates, los hombres recurren a lacoacción para cumplir con el imperativo reproductor. La violación es “unfenómeno biológico natural, lo cual es un producto de la herencia evolucionistahumana”, al igual que las manchas del leopardo, y el cuello prolongado de lajirafa”.
Los autores NO dicen que laviolación es moralmente justificada. “No hay ningún lazo entre lo que labiología afirma para el mundo, y lo que es bueno o malo” dijo Thornhill en unprograma de radio (“Talk of the Nation” en NPR, una cadena pública). Pero decirque la violación concede una ventaja reproductora está peligrosamente cerca dedecir que es a la vez útil o beneficiosa. No es de sorprender que tantosprotesten la tesis.
Hasta la mayoría de los biólogosevolucionistas la rechazan. En Nature Jerry Coyne de la Universidad de Chicago(EE.UU.), y Andrew Berry de Harvard (EE.UU.), demuestran que los estudios quese citan en el libro no apoyan sus declaraciones. Por ejemplo, el libroenfatiza mucho el “hecho” de que la mayoría de las víctimas de la violación sonde una edad reproductora, sugiriendo, que los violadores son llevados por laurgencia de reproducir. Pero el estudio en cuestión demuestra en realidad que,entre las víctimas, las jóvenes de menos de 11 años se representan demasiado.Otros críticos señalan que entre las víctimas figuran tanto mujeres que hanpasado la edad reproductora, como hombres ( por ejemplo, la violación en lacárcel). Según Coyne y Berry, la teoría entera se basa en “la prestidigitaciónestadística”.
Sin embargo, se les escapa a loscríticos la irrelevancia de los hechos. La tesis del libro conlleva toda lafuerza de la lógica sencilla. Cuando los críticos de las cadenas de radio lepresionaron, Thornhill insistía con exasperación, que ya que la teoría de laevolución es verdad, TIENE que ser verdad también que “toda característica decada ser vivo, incluso de los seres humanos, tiene un fundamento evolucionista.Esto no es un asunto de debate”. Si se acepta la evolución, el razonamiento yaes indiscutible.
Esto explica la razón por la queotros defensores de la psicología evolucionista han “descubierto” una ventajaevolucionista en los celos, en la depresión, y hasta en el infanticidio. (En elNew York Times del noviembre pasado, Stephen Pinker del Instituto de laTecnología de Massachusetts [MIT], afirmaba que “los circuitos emocionales delas madres han evolucionado” a través de la selección natural para que dejenmorir a algunos bebés.) Por moralmente atroz que sea un acto, los evolucionistasque quieren ser consistentes, tienen que encontrar su beneficio.
El desarrollo de la psicologíaevolucionista exige a la gente enfrentarse con las implicaciones moralesprofundamente nihilistas del darwinismo. Según las palabras de E.O. Wilson,fundador de la sociobiología, “la base de la ética no se encuentra en lavoluntad de Dios”; en cambio, la ética “es una ilusión con la que nuestrosgenes nos han engañado” por su valor de supervivencia. Aquellos que aceptan laevolución darwinista, pero que presentan cualquier argumento moral en contra deA Natural History of Rape (La historia natural de la violación), no son fielesa sus propias suposiciones fundamentales.
“Una base trascendente para lamoralidad sólo es posible si hay un Diseñador trascendente”, afirma JeffreySchloss, biólogo en Westmont College, al entrevistarse con World (Mundo). Estoexplica la razón por la que Thornhill, al contestar a las objeciones de lafeminista Susan Brownmiller a su teoría, la acusó de parecerse a los de “laextrema derecha religiosa”. En resumen, el darwinismo, y sus implicacionesmorales difíciles de tragar, son un conjunto. Al protestar, se pide el regresoa la visión teísta del mundo.
Es un dilema horrible para losevolucionistas: o mantienen la consistencia lógica de sus presuposiciones, yterminan con una visión mundial inhumana—o pueden ser fieles a su sentidodivino de la moralidad, siendo a la vez inconsistentes.
La única salida al problema es uncambio de suposiciones, una vuelta a la posición de que la vida fue diseñada, yla moralidad sí que depende de “la voluntad de Dios”.
Copyright (c) 2000. Nancy R. Pearcey.
World Magazine (March 13, 2000)
Tomado de Leadership University
Usado con Permiso
Traducción de Derryl Fox
Fuente: © Mente Abierta 2002

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.