El sueño de Caleb

Esta mañana estaba conversando con una amiga por teléfono y al mismo tiempo estaba leyendo la prensa digital, o sea, no le estaba prestando la atención adecuada, entre lo que me comentaba, escuche el nombre de Caleb, solo recuerdo que mencionó su nombre, no recuerdo el contexto, pero enseguida Dios me envió a buscar en la Biblia la historia de Caleb, y resulta que con esta cadenita de sucesos, (mi amiga deja de hacer lo que está haciendo para llamarme y comentarme de Caleb, yo lo busco en la Biblia, y mi otra cuñada pone en su Facebook una imagen que habla de los sueños dice: «tarea para hoy jueves, sueña lo que quieras soñar, sé lo que quieras ser, ve donde quieras ir,porque solo tienes una vida y una oportunidad» ) Dios dio respuesta a mi reflexión de esta mañana, casi queja , pensaba yo : – Señor y es que yo voy a seguir así todos los días de mi vida, solo limpiando, cocinando y cuidando a mi nieto- ( y no es que no sea feliz así, me encanta lo que hago, pero tengo un sueño …)
La primera vez que Josué y Caleb vieron la Tierra Prometida, supieron que sería de ellos. Así lo había dispuesto Dios, Josué y Caleb se mantuvieron fieles, creyeron que regresarían, y tenían la confianza de que la próxima vez que entraran en la tierra la conquistarían. Esta verdad fue su motivación. Esta verdad los mantuvo inspirados. Podemos imaginarlos levantándose cada mañana, pensando en la promesa de Dios.
Son muchas las personas que temen soñar porque creen que sus sueños son demasiado grandes para Dios. Y las hay que se atreven a soñar pero dejan sus sueños en el camino. El Señor puso en el corazón de Caleb un sueño al que tendría que responder, 85 años tenía Caleb. Él había esperado toda una vida para recibir la promesa de Dios, y estaba tan deseoso de ver su sueño convertido en realidad, como lo había estado cuando tenía 40 años, la primera vez que exploró la Tierra Prometida (Nm 13-14).
Enseguida pensé ¿Cuál es tu sueño Maribel? ¿Qué te apasiona? ese sueño lo puso Dios en mi corazón y aun no se ha cumplido, a mis 56 años si, pero resulta que al igual que Caleb, lo vi desde que era más joven y sigo estando tan deseosa de hacerlo realidad como cuando era más joven, ahora entiendo que Dios puso en mi corazón ese sueño, por eso es que siempre ha permanecido ahí, yo debo responder a Dios por ese sueño. Hay que responder a Dios por los sueños que El pone en nuestro corazón…
El Señor puso en el corazón de Caleb un sueño al que tendría que responder. ¿Se mantendría centrado y motivado, o dejaría que su corazón estuviera agobiado con las preocupaciones de la vida? Hoy día, los consultorios de los médicos están llenos de personas que están tratando de vivir con sus sueños destrozados. Por muchas razones, han visto que sus vidas han dado un giro triste, y ahora se preguntan qué les deparará el futuro. Están físicamente enfermos por el desengaño, y tienen la necesidad de aliviar su dolor, o simplemente la vida les dio un giro y no saben cómo  compaginar sus sueños con ese nuevo estilo de vida.
Josué y Caleb tuvieron que soportar abrumadoras circunstancias para poder volver al lugar que Dios les había prometido. Pero la Biblia no dice que alguno de ellos hizo un comentario negativo. Al igual que muchas personas hoy, se reinventaron a sí mismos al aprender nuevas habilidades. Josué se convirtió en un líder, y Caleb se volvió más fuerte, de modo que cuando regresó, pudo tomar posesión de la región montañosa.
Caleb mantuvo sus oídos abiertos a las órdenes de Dios. Más tarde, cuando llegó el momento de distribuir la tierra y recibir lo que le había sido prometido, dio un paso al frente, y dijo: “Dame, pues, ahora este monte… Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió”.
¿Tendré yo  la misma actitud de Caleb? Puedo tenerla, pero debo tomar la decisión de pensar positivamente y seguir aprendiendo, amando, riendo, olvidando, mirando, trabajando, apoyándome en Dios y escuchando.
El Señor le dio a Caleb un sueño. y a mi también y debo responder por ese sueño.

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