En Punto Muerto Intelectual

En Punto MuertoIntelectual
William Lane Craig
Passionate Conviction, pp. 2-16. Ed. Wm. L.Craig and P. Copan. Nashwille, Tenn.: Broadman and Holma, 2007. Usadocon permiso. Traducido por Joel Maceiras
Hace algunos años aparecieron doslibros que provocaron un maremoto en la comunidad de educación Americana. Elprimero de estos, Cultural Literacy: What Every American Needs to Know[Alfabetización Cultural: Lo que Cada Americano Necesita Saber], por E.D. Hirsch,documentó el hecho de que un gran numero de estudiantes universitariosAmericanos no tienen el conocimiento básico para entender la primera plana deun periódico o para actuar con responsabilidad como ciudadano. Por ejemplo,  en una reciente encuesta, un cuarto de losestudiantes pensó que Franklin D. Roosvelt fue presidente durante la guerra deVietnam. Dos tercios no sabían cuándo ocurrió la Guerra Civil. Un tercio pensóque Colón descubrió el Nuevo Mundo en algún momento después de 1750. En una recienteencuesta en la Universidad Estatal de California, en Fullerton, más de la mitadde los estudiantes no pudieron identificar a Chaucer o Dante. El noventa porcien no supieron quien fue Alexander Hamilton, a pesar de que su foto esta encada billete de diez dólares.
Estas estadísticas podrían sesimplemente curiosas si no fuese porque son tan alarmantes. ¿Qué les ha pasadoa nuestras escuelas para que estén produciendo personas tan terriblementeignorantes? Alan Bloom, quien fue un eminente educador en la Universidad deChicago y el autor del segundo de los libros a los que me he referido arriba,argumentaba en su The Closing of the American Mind [La Decadencia de laCultura] que detrás del actual malestar educacional se encuentra en losestudiantes la convicción universal de que toda verdad es relativa y, portanto, que la verdad no es algo que vale la pena perseguir. Bloom escribe,

Hay una cosa de la que unprofesor puede estar absolutamente seguro: casi cualquier estudiante que entraen la universidad cree, o dice creer, que la verdad es relativa. Si estacreencia se pone a prueba, uno puede prever la reacción de los estudiantes: sequedarán perplejos. Que alguien debiera considerar esa misma afirmación como noevidente los deja asombrados, como si se estuviese cuestionando 2 + 2 = 4. Unono piensa acerca de estas cosas . . . Que esto es una cuestión moral para losestudiantes se revela en el carácter de su respuesta cuando son retados – unacombinación de incredulidad e indignación: “¿Acaso eres un absolutista?”, laúnica alternativa que conocen, pronunciada con el mismo tono que . . .“¿realmente crees en las brujas?”. Esta última pregunta lleva a la indignación,para alguien que cree en las brujas bien podría ser un cazador de brujas o unjuez de Salem. El peligro de que ellos hayan sido enseñados a temer elabsolutismo no es el error sino la intolerancia. El relativismo es necesariopara la apertura; y esta es la virtud, la única virtud, la cual toda laeducación primaria misma se ha dedicado a inculcar por más de cincuenta años.Apertura – y el relativismo que la hace la única postura verosímil en lapresencia de los diferentes pretensiones de verdad y los diferentes estilos devida y tipos de seres humanos – es la gran idea de nuestros tiempos . . . . Elestudio de la historia y de la cultura enseña que todo el mundo estaba loco enel pasado, los hombres siempre pensaban que tenían la razón, y eso llevó aguerras, persecuciones, esclavitud, xenofobia, racismo y chovinismo. El puntono es corregir los errores y tener la razón; más preciso, es no pensar que dealgún modo pudieras tener la razón. 

Ya que la verdad absoluta noexiste, ya que todo es relativo, el propósito de perseguir una educación no esaprender la verdad o dominar hechos – realmente, se trata simplemente deadquirir una habilidad para que uno pueda salir y obtener riqueza, poder yfama. La verdad se ha convertido en algo irrelevante.
Ahora bien, desde luego, estetipo de actitud relativista hacia la verdad es totalmente antitética a lacosmovisión cristiana. La razón es que, como cristianos, creemos que todaverdad es verdad de Dios, que Dios nos ha revelado la verdad, tanto en suPalabra como en Aquel que dijo “Yo soy la Verdad”. El cristiano, entonces,nunca puede considerar la verdad con apatía o desdén. Al contrario, él apreciay atesora la verdad como un reflejo de Dios mismo. Tampoco es que su compromisoa la verdad convierta al cristiano en intolerante, como los estudiantesencuestados por Bloosom erróneamente inferían. Realmente, el mismísimo conceptode tolerancia implica que uno no está de acuerdo con aquello que tolera. Elcristiano está comprometido tanto con la verdad como con la tolerancia, porquecree en Aquel que no solo dijo “Yo soy la verdad” sino también “ama a tus enemigos”.
Ahora bien, al tiempo en queestos libros fueron publicados, yo estaba enseñando en el departamento deEstudios Religiosos de una universidad cristiana de Artes Liberales. Así que meempecé a preguntar: ¿Cuánto han sido los estudiantes cristianos infectados conla actitud que Bloom describe?, ¿Qué tal les iría a mis propios estudiantes enuno de los tests de E.D. Hirsh? Bien, ¿cómo lo harán?, pensé. ¿Por qué nohacerles esa prueba? Así que se la hice.
Redacté una prueba breve deconocimiento general acerca de personas famosas, lugares y cosas, y la di endos clases de cerca de cincuenta estudiantes de segundo año de universidad. Loque encontré fue que, aunque ellos lo hicieron mejor que la media general deestudiantes, todavía había una porción considerable de estudiantes que nopodían identificar – incluso con una frase – algunos eventos y nombresimportantes. Por ejemplo, el 49% no pudo identificar a Leo Tolstoy, el autor dequizá la novela más grandiosa en el mundo, Guerra y Paz. Para mi sorpresa, el16% no sabían quién fue Winston Churchill. ¡Un estudiante pensó que fue uno delos Padres fundadores de nuestra nación! ¡Otro lo identificó como el más grandepredicador de avivamientos de hace un par de siglos! El 22% no supieron qué esAfganistán, y otro 22% no pudieron identificar Nicaragua. El 20% no supierondonde está el río Amazonas. ¡Imagínalo!
Les fue incluso peor en lascuestiones sobre cosas y eventos. Me quedé asombrado de que un notable 67% nopudo identificar la Batalla de las Ardenas. Algunos la identificaron como unacuestión de dietista. El 24% no supieron qué es la Teoría Especial de laRelatividad (aunque fue simplemente identificarla – incluso con un “una teoríade Einstein” -,  y no explicarla). El 49%no pudo identificar el último desafío de Custer – fue clasificado por varioscomo una batalla en la Revolución Americana o como una batalla de la GuerraCivil. Y no me sorprendí de que el 73% no supieron a que se refería laexpresión “Destino Manifiesto”.
Así, me quedó claro que losestudiantes cristianos no habían sido capaces de ponerse por encima de lacorriente oscura en nuestro sistema educacional en los niveles de primaria ysecundaria. Este nivel de ignorancia presenta una crisis real para lasuniversidades y seminario cristianos.
Pero entonces un terrible miedoaún mayor comenzó a crecer en mi mientras contemplaba estas estadísticas alcaer en la cuenta; Si los estudiantes cristianos son así de ignorantes acercade los hechos generales de la historia y la geografía, pensé, entonces haymuchas probabilidades de que ellos, y los cristianos en general, son igualmente- o incluso aún más – ignorantes acerca de los hechos de nuestra propiaherencia y doctrinas cristianas. Nuestra cultura en general se ha hundido hastael nivel del analfabetismo bíblico y teológico. Muchas personas, sino lamayoría, no pueden incluso nombrar los cuatro evangelios – ¡en una encuestareciente una persona los identificó como Mateo, Marcos, y Lutero! ¡En otraencuesta, Juana de Arco fue identificada por algunos como la esposa de Noe! Lasospecha que se levantó en mi mente es que la iglesia evangélica estáprobablemente atrapada, aunque un poco más alto, en esta misma espiral decaída.
Pero si nosotros no protegemos laverdad de nuestra propia herencia y doctrina cristiana, ¿quién la aprenderá pornosotros? ¿los que no son cristianos? Eso parece poco probable. Si la iglesiano atesora su propia verdad cristiana, entonces la perderá para siempre. Asíque, me pregunto, ¿qué tal les iría a los cristianos en una prueba sobrecuestiones generales de la historia y doctrina cristiana?
Bueno, ¿qué tal les iría? Teinvito ahora a sacar un bolígrafo y una hoja de papel y haz la siguiente pruebapor ti mismo. (Vamos, solo te llevará un minuto). Los siguientes son puntos quecreo que cualquier cristiano maduro en nuestra sociedad debería ser capaz deidentificar. Simplemente da alguna frase representativa que indique que sabesde qué se trata el punto.
Prueba
Agustín
Concilio de Nicea
Trinidad
Dos naturalezas unidas en unapersona
Panteísmo
Tomas de Aquino
Reforma
Martín Lutero
Expiación sustitutoria
Ilustración

¿Cómo te fue en la prueba? Sieres un caso típico de las audiencias a las que les he dado esta prueba,probablemente no te ha ido muy bien. Si ese es el caso, podrías estar tentado areaccionar a esta prueba de manera defensiva: “¿de cualquier manera, quiénnecesita saber todo esto? Esta basura no es importante. Lo que cuenta realmentees mi caminar con Cristo y el testimonio que doy de Él a los demás. ¿A quién leimportan todas estas trivialidades?”.
Sinceramente, espero que esa no hayasido tu reacción, porque eso bloqueará tu superación personal. Este pequeñoejercicio no habrá sido de ningún beneficio para ti. No habrás aprendido nadade él.
Pero hay una segunda y máspositiva reacción. Puede ser que veas, quizá por primera vez en tu vida, queaquí hay una necesidad en tu vida de que como cristiano te comprometasintelectualmente un poco más, y puede ser que hayas decidido hacer algo sobreeso. Esta es una decisión crucial. Estarás dando un paso que millones decristianos Americanos necesitan dar.
Nadie ha expresado un reto másfuerte para que los cristianos se comprometan más intelectualmente que CharlesMalik, ex-embajador Libanés en los Estados Unidos, en su discurso en ladedicación del Centro Billy Graham en Wheaton, Illinois. Malik enfatizó quecomo cristianos enfrentamos dos tareas en nuestro evangelismo: salvar el alma ysalvar la mente; es decir, no se trata solo de convertir a la genteespiritualmente, sino también convertirlos intelectualmente. Y la iglesia seestá rezagando peligrosamente con respecto a esta segunda tarea. Nuestrasiglesias están llenas de gente que han nacido de nuevo espiritualmente, peroque todavía piensan como los no cristianos. Nota bien sus palabras:

Debo ser sincero contigo: elmayor peligro que enfrenta el cristianismo evangélico Americano es el peligrodel anti-intelectualismo. No estamos cuidando suficientemente la mente en susmás grandes y profundas riquezas. Pero la nutrición intelectual no puedeocurrir aparte de una profunda inmersión por varios años en la historia delpensamiento y el espíritu. Las personas que tienen prisa por salir de launiversidad y comenzar a ganar dinero, o servir a la iglesia, o predicar elevangelio no tienen ni idea del infinito valor de pasar años de tiempo libre enconversación con las más grandes mentes y almas del pasado, madurando, afilandoy engrandeciendo sus capacidades de pensamiento. El resultado es que el ruedode pensamiento creativo es desocupado y abdicado en favor del enemigo.2

Malik continúa diciendo:

Requerirá un espíritu totalmentediferente el vencer este gran peligro del anti-intelectualismo. Por ejemplo,digo que este espíritu diferente, en lo que concierne solamente a la filosofía- el campo más importante para el pensamiento e intelecto -, debe ver el enormevalor de pasar un año entero sin hacer otra cosa que estudiando minuciosa eintensivamente la República o el Sofista de Platón, o dos años estudiandominuciosamente la Metafísica o Etica de Aristóteles, o tres años con la Ciudadde Dios de Agustín. Pero si se empieza ahora en un programa intensivo en este yotros campos, llevará por lo menos un siglo alcanzar a los de Harvard, Tubingay La Sorbona – y para entonces, ¿dónde estarán estas universidades?3

Lo que Malik vio claramente es laposición estratégica que ocupan las universidades al moldear el pensamiento ycultura occidental. De hecho, la única y más importante institución que estámoldeando la sociedad occidental es la universidad. Es en la universidad dondeson educados nuestros futuros líderes políticos, nuestros periodistas, nuestrosabogados, nuestros maestros, nuestros científicos, nuestros ejecutivos denegocios, nuestros artistas. Es en la universidad el lugar donde formularán o,más probablemente, simplemente absorberán la cosmovisión que moldeará susvidas. Y, ya que estos son los que crean opinión y los líderes que moldeannuestra cultura, la cosmovisión que ellos embeben en la universidad será la quemoldee nuestra cultura.
¿Por que es esto importante?Simplemente porque el evangelio nunca es escuchado aisladamente. Siempre seescucha contra el trasfondo del ambiente cultural en el cual uno vive. Unapersona criada en un ambiente cultural en el cual el cristianismo todavía esvisto como una opción intelectualmente viable presentará una apertura alevangelio que una persona secularizada no presentará. ¡Para la persona secular,bien podrías decir que crees tanto en hadas o en duendes como en Jesucristo! O,para dar una ilustración más realista, es como un devoto del movimiento HareKrishna acercándose a ti en la calle e invitándote a creer en Krishna. Unainvitación así nos parece estrafalaria, rara, incluso divertida. Pero para unapersona en las calles de Deli, tal invitación parecería, asumo, bastanterazonable y motivo de reflexión. Me temo que los evangélicos parecen casi tanraros para las personas en las calles de Bonn, Estocolmo o Toronto como loparecen los devotos de Krishna.
Es parte de la tarea más ampliade la erudición cristiana ayudar a crear y mantener un ambiente cultural en elque el evangelio pueda ser escuchado como una opción intelectualmente viablepara los hombres y mujeres racionales. Por tanto, la iglesia tiene un papelvital en levantar eruditos cristianos que ayuden a crear espacio para las ideascristianas en la universidad. El cristiano promedio no se da cuenta de que unaguerra intelectual se está desarrollando en las universidades, en las revistasprofesionales, y en las asociaciones de eruditos. El cristianismo está siendoatacado como irracional u obsoleto, y millones de estudiantes – nuestra futurageneración de líderes, han absorbido ese punto de vista.
Esta es una guerra que no podemospermitirnos perder. El gran teólogo de Princeton J. Gresham Machen advirtió enlas vísperas de la Controversia Fundamentalista que si la iglesia perdiese labatalla intelectual en un generación, entonces el evangelismo seríainconmensurablemente más difícil en la siguiente:

 Las falsas ideas son losobstáculos más grandes para la recepción del evangelio. Podemos predicar contodo el fervor de un reformador y aún así solamente tener éxito ganando unrezagado aquí y otro allá, si permitimos que todo el pensamiento colectivo dela nación o del mundo esté controlado por ideas que, por falta de una fuerzaresistente de la lógica, impidan que el Cristianismo sea considerado como algomás que una ilusión inofensiva. Bajo tales circunstancias, lo que Dios quiereque hagamos es destruir el obstáculo desde sus raíces.4

La raíz del obstáculo seencuentra en la universidad, y es allí donde se debe atacar.Desafortunadamente, la advertencia de Manchen fueron desatendidas, y elcristianismo bíblico se retiró adentro de los armarios intelectuales delFundamentalismo, desde los cuales solo recientemente ha empezado a volver aemerger. Aún no se ha perdido la guerra, y es una que no debemos perder: lasalmas de hombres y mujeres están en juego.
Así que, ¿qué es lo que losevangélicos están haciendo para ganar esta guerra? Hasta hace poco, de hechomuy poco. Malik preguntó acertadamente,

 ¿Quién de entre los evangélicospuede levantarse ante los grandes eruditos seculares, naturalistas o ateos ensus términos de erudición? ¿Quién entre los eruditos evangélicos es citado porlas grandes autoridades seculares como una fuente normativa en historia,filosofía, psicología, sociología o política? ¿Tiene el pensamiento evangélicola más mínima oportunidad de convertirse en el pensamiento dominante en lasgrandes universidades de Europa y América que sellan nuestra civilización consu espíritu e ideas? . . . Por amor a una mayorefectividad al testificar de Jesucristo mismo, así como por amor a ellosmismos, los evangélicos no pueden permitirse el vivir en la periferia de unaexistencia intelectual responsable.5

Estas palabras golpean como unmartillo. Verdaderamente, los evangélicos han estado viviendo en la periferiade una existencia intelectual responsable. La mayoría de los eruditosevangélicos prominentes tienden a ser el pez gordo en una pecera pequeña.Nuestra influencia se extiende poco más allá de la sub-cultura evangélica.Tendemos a publicar exclusivamente con editoriales evangélicas, y por tanto esmuy probable que nuestros libros nunca sean leídos por eruditos no-evangélicos.Y, en lugar de participar en asociaciones profesionales standard, participamosen las asociaciones profesionales evangélicas. Como resultado, ponemosefectivamente nuestra luz bajo el almud y tenemos poco efecto «fermentador»para el evangelio en nuestros campos profesionales. En cambio, la corrienteintelectual de la cultura en general sigue deslizándose sin obstáculos másprofundamente en el secularismo.
Necesitamos desesperadamenteeruditos cristianos que puedan, tal y como Malik dijo, competir con pensadoresno cristianos en sus especialidades y con sus propios conceptos de erudición.Se puede hacer. Actualmente, por ejemplo, se está dando una revolución en elcampo de la filosofía que, como dijo Malik, es la esfera más importante para elpensamiento e intelecto, ya que es el fundamento para todas las demásdisciplinas en la universidad. Filósofos cristianos han estado saliendo delarmario y defendiendo la verdad de la cosmovisión cristiana con sofisticadosargumentos filosóficos en las mejores revistas seculares y asociacionesprofesionales. Como resultado, el rostro de la filosofía Americana ha cambiado.
Hace cincuenta años, filósofosampliamente reconocidos hablaban de Dios como literalmente sin sentido, simplealgarabía. Pero actualmente, ningún filósofo suficientemente informado podríaaceptar tal punto de vista. De hecho, hoy en día muchos de los mejoresfilósofos de América son abiertamente cristianos. Para darte un poco del sentirdel impacto de esta revolución, déjame citar un artículo que apareció en elotoño del 2001 en la revista Philo lamentando lo que el autor llamó “ladesecularización de el mundo académico que evoluciona en los departamentos defilosofía desde finales de la década de los sesenta”. El autor, un prominentefilósofo ateo, escribe:

Los naturalistas mirabanpasivamente mientras versiones realistas del teísmo . . . comenzaron apropagarse por la comunidad filosófica. Hasta hoy quizá un cuarto o un terciode los profesores de filosofía son teístas, y la mayoría son cristianosortodoxos. . . . en filosofía, casi de lanoche a la mañana, se volvió “académicamente respetable” dar argumentos enfavor del teísmo, haciendo de la filosofía un campo favorable para la entradade los más inteligentes y talentosos teístas que entran en el mundo académicohoy. . . . Dios no está “muerto” en el mundoacadémico. Ha vuelto a la vida a finales de la década de los sesenta, y estávivo y en buen estado en su última fortaleza académica: los departamentos defilosofía.6

Este es el testimonio de unfilósofo ateo destacado sobre el cambio que se ha producido delante de sus ojosen la filosofía Americana. Pienso que probablemente está exagerando cuandocalcula que entre un cuarto y un tercio de los filósofos Americanos son teístas,pero lo que sus cálculos revelan es el impacto percibido de los filósofoscristianos sobre este campo. Como el ejército de Gedeón, una minoríacomprometida de activistas puede tener un impacto proporcionalmente mucho mayora su tamaño. El principal error que comete es llamar a los departamentos defilosofía la “última fortaleza” de Dios en la universidad. Al contrario, losdepartamentos de filosofía son una cabeza de playa desde la cual se puedenlanzar las operaciones para impactar otras disciplinas académicas en launiversidad para Cristo.
El punto es que la tarea derevertir el proceso de secularización no es desesperanzada e imposible, nitampoco hace falta tanto tiempo como uno pudiera pensar para lograr cambiossignificativos. Esta clase de erudición cristiana es la que representa la mejoresperanza para la transformación de la cultura que Malik y Machen imaginaron, ysu verdadero impacto en la causa de Cristo solamente será sentida en la próximageneración, al filtrarse en la cultura popular.
Así que puede ser hecho, siestamos dispuestos a trabajar duro. Machen observó que en su día “muchosseminarios combatían el error atacándolo tal y como es enseñado por susrepresentantes populares” en lugar de confundir estudiantes “con un montón denombres Alemanes totalmente desconocidos fuera de los muros de la universidad”.Pero, al contrario, Machen insistió, es esencial que los eruditos cristianosestén alerta sobre el poder de una idea antes de que alcance su formulaciónpopular. El procedimiento erudito, dijo,

esta basado simplemente en laprofunda creencia en la omnipresencia de las ideas. Lo que hoy es una cuestiónde especulación académica, mañana empieza a mover ejércitos y a derribarimperios. En esa segunda etapa, ha ido demasiado lejos como para ser combatida.El tiempo para pararla era cuando aún era una cuestión de debate apasionado.Así que, como cristianos, deberíamos tratar de moldear el pensamiento del mundode tal manera que haga que la aceptación del cristianismo sea algo más que un disparatelógico.7

Como Malik, Machen también creíanque “el principal obstáculo para la religión cristiana hoy recae en la esferadel intelecto”,8 y esa objeción al cristianismo debe ser atacada en esa esfera.“La iglesia se está muriendo hoy por la falta de pensamiento, no por elexceso”.9
Lo que es irónico de lamentalidad que dice que nuestros seminarios deberían producir pastores, noeruditos, es que son precisamente nuestros futuros pastores, no solamentenuestros futuros eruditos, los que necesitan estar intelectualmentecomprometidos y recibir este entrenamiento académico. El artículo de Machen fueoriginalmente un discurso titulado “La Preparación Científica de un Ministro”.Un modelo para nosotros aquí debe ser un hombre como John Wesley, un evangelistalleno del Espíritu y al mismo tiempo un erudito educado en Oxford.10 La visiónde Wesley de lo que debe ser un pastor es notable: un caballero, experto en lasEscrituras y versado en historia, filosofía y la ciencia de su día.
¿Cómo se comparan los pastoresque se gradúan de nuestros seminarios con este modelo? El historiadoreclesiástico y teólogo David Wells ha llamado a nuestra generacióncontemporánea de pastores “los nuevos «inutilizadores»” porque han abandonadoel papel tradicional del pastor como el agente de la verdad para sucongregación y lo han reemplazado con un nuevo modelo directivo sacado delmundo profesional, el cual enfatiza las habilidades de liderazgo, marketing yadministración. Como resultado la iglesia ha producido una generación decristianos para los que la teología es irrelevante y cuyas vidas fuera de laiglesia no difieren en la práctica de aquellos que son ateos. Estos nuevospastores directivos, Well se queja, “están fallando a la iglesia e inclusoincapacitándola. 

La están dejando vulnerable a todas las seducciones modernasprecisamente porque no han provisto la alternativa, que es una visión de laverdad centrada en Dios y en su verdad”.11 Necesitamos recuperar el modelotradicional que estaba ejemplificado en hombres como Wesley.
Pero, finalmente, no son solo loseruditos cristianos y los pastores los que necesitan estar intelectualmentecomprometidos si la iglesia va a tener un impacto en nuestra cultura. Loscristianos laicos, igualmente, deben estar intelectualmente comprometidos.Nuestras iglesias están llenas de cristianos que están holgazaneando en unpunto muerto intelectual. Como cristianos, sus mentes se están echando aperder. J. P. Moreland en su desafiante libro Love your God with All your Mindlos ha llamado los “«yo» vacíos”. Un “«yo» vacío” es desmesuradamenteindividualista, infantil, y narcisista. Es pasivo, dependiente de los sentidos,ocupado, precipitado, incapaz de desarrollar una vida interior. En el que esquizá el pasaje más demoledor de su libro, Moreland nos pide que imaginemos unaiglesia llena de tales personas. Nos pide,

¿Cuál sería el entendimientoteológico, . . . el valor evangelístico, la. . . penetración cultural de taliglesia?… Si la vida interior realmente no importa tanto, ¿por qué pasar eltiempo . . . intentando desarrollar una . . . vida intelectual yespiritualmente madura? Si alguien es básicamente pasivo, él o ella simplementeno harán el esfuerzo de leer, sino que en cambio prefieren que los entretengan.Si una persona es dependiente de los sentidos en orientación, la música,revistas llenas de fotos, y medios de comunicación visuales en general seránmás importantes que las simples palabras en una página o pensamientosabstractos. Si uno es precipitado y distraído, tendrá poca paciencia para elconocimiento teorético, y un periodo de atención demasiado corto como parapermanecer con una idea mientras se desarrolla cuidadosamente. Y si alguien es demasiadoindividualista, infantil y narcisista, ¿qué leerá esa persona, si es que esapersona lee algo? . . . Los libros cristianos de auto-ayuda que están llenos decontenido interesado . . . lemas, moralización simplista, un montón dehistorias y fotos, y diagnosis inadecuada de cuestiones que no exigen nada dellector. Libros sobre celebridades cristianas . . . lo que no será leído sonlibros que equipan a las personas para desarrollar un entendimiento bienrazonado y teológico de la religión cristiana, y para completar su papel en elmás amplio reino de Dios. . . [tal] iglesia . . . será. . . impotente parapermanecer frente a las fuerzas poderosas del secularismo que amenaza conenterrar las ideas cristianas bajo una capa de pluralismo desalmado ycientificismo engañoso. En tal contexto, la iglesia estará tentada a medir suéxito en gran medida en términos de números – números alcanzados por adaptacióncultural a los «yo» vacío. Así, la iglesia se convertirá en la que cave supropia tumba. Sus métodos de “éxito” a corto plazo resultaran siendo lo que lamarginen a largo plazo.12

Lo que hace que esta descripciónsea tan demoledora es que no tenemos que imaginar tal iglesia. Mejor dicho,esta ES una descripción apropiada de muchas de las iglesias evangélicasAmericanas hoy.
Algunas veces la gente trata dejustificar su falta de compromiso intelectual afirmando que prefieren tener una“fe simple”. Pero aquí pienso que debemos distinguir entre una fe como la de unniño y una fe infantil. Una fe como la de un niño es una total confianza enDios como el Padre Celestial amante de uno, y Jesus manda que tengamos tal fe.Pero una fe infantil es una fe inmadura, irreflexiva; y no se nos manda tenertal fe. Al contrario, Pablo dice “no seáis niños en la manera de pensar; másbien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros” (1 Cor.14.20 LBA). Si una fe “simple” significa una fe irreflexiva e ignorante,entonces no deberíamos querer nada de ella. En mi propia vida puedo testificarque, después de muchos años de estudio, mi adoración a Dios es más profundaprecisamente gracias a – y no a pesar de – mis estudios en filosofía yteología. En cada área que he investigado intensivamente – creación, laresurrección, omnisciencia divina, eternidad divina, aseidad divina – miapreciación de la verdad de Dios y mi admiración de Su persona se han vueltomás profundas. Estoy emocionado por futuros estudios ya que estoy seguro de queme traerán una más profunda apreciación de la persona y obra de Dios. La fecristiana no es una fe apática, una fe con muerte cerebral, sino una fe viva, queindaga. Tal y como lo puso Anselmo, la nuestra es una fe que buscaentendimiento.
Es más, los resultados de estaren punto muerto intelectual se extienden más allá de uno mismo. Si loscristianos laicos no se comprometen intelectualmente, entonces estamos en seriopeligro de perder a nuestros jóvenes. En secundaria y la universidad, loscristianos adolescentes son asaltados intelectualmente por cada forma defilosofía no-cristiana en conjunto con relativismo abrumador. Como digo en lasiglesias a lo largo del país, constantemente me encuentro con padres cuyoshijos han perdido su fe porque no había nadie en la iglesia para responder asus preguntas. De hecho, George Barna estima que el 40% de los jóvenes ennuestras iglesias, una vez que dejan el colegio, no volverán a cruzar la puertade la iglesia otra vez.
No hay duda de que la iglesia haperdido su oportunidad en esta área. Pero las estructuras están en su lugar enla iglesia para remediar este problema, si simplemente las usamos. Estoyhablando, desde luego, de los programas de la Escuela Dominical para adultos.¿Por qué no empezar a usar las clases de la Escuela Dominical para ofrecer alaicos instrucción seria en temas tales como doctrina cristiana, historia de laiglesia, Griego del Nuevo Testamento, apologética, y así sucesivamente? ¡Piensaen el potencial para el cambio! ¿Por qué no?
Creo que se puede cambiar nuestracultura. Estoy emocionado por el renacimiento de la filosofía cristiana en migeneración, la cual da un buen presagio para la siguiente. Tanto si Dios teestá llamando a ser un erudito cristiano en las líneas del frente de la batallaintelectual, un pastor cristiano para servir como agente de la verdad a tucongregación, o un padre o laico cristiano que está siempre preparado para darrazón de la esperanza que hay en ti, tenemos la asombrosa oportunidad de seragentes del cambio cultural en el nombre de Cristo. Por amor a la iglesia, poramor a ti mismo, por amor a tus hijos, ¡no malgastes esta oportunidad! Así que,si hasta ahora has estado en la costa, holgazaneando en ese punto muertointelectual, ¡ahora es el tiempo de poner la marcha!
Respuestas a la Prueba
Padre de la Iglesia (354-430) yautor de La Ciudad de Dios. Enfatizó la gracia inmerecida de Dios.
El concilio de la iglesia que enel 325 ratificó oficialmente la doctrina de la deidad igual del Padre y elHijo, en oposición al punto de vista que mantenía la herejía Arriana.
La doctrina que mantiene que enDios hay tres personas y un solo ser.
La doctrina enunciada en elConcilio de Calcedonia (451) que afirma la verdadera deidad y la verdaderahumanidad de Cristo.
La ideología que afirma que elmundo y Dios son idénticos
Teólogo Católico medieval(1225-1274) y autor de la Summa Theologica, cuyas ideas han sido determinantespara la teología Católico-Romana tradicional.
El origen del Protestantismo enel siglo XVI por el esfuerzo de hombres como Lutero, Calvino, y Zwinglio parareformar la doctrina y practica de la iglesia Católico-Romana. Enfatizó la justificaciónpor gracia solamente mediante la fe y la autoridad exclusiva de la Biblia.
El monje Católico-Romano(1483-1546) que empezó la Reforma Protestante y fue el fundador delLuteranismo.
La doctrina que afirma que por Sumuerte en nuestro favor y en nuestro lugar, Cristo nos reconcilió con Dios.
La revolución intelectual quetuvo lugar en Europa en los siglos XVII y XVIII contra la autoridad de laiglesia y la monarquía en el nombre de la autonomía humana. También llamada laEdad de la Razón.
Notas Bibliográficas
Alan Bloom, The Closing of theAmerican Mind (New York: Simon & Schuster, 1987), 25-26. [En Español, AllanBloom, La Decadencia de la Cultura (Argentina: Emecé, 1989)]
Charles Malik, «The Other Side ofEvangelism,» Christianity Today, November 7, 1980, 40.
Ibid.
J. Gresham Machen, «Christianity andCulture,» Princeton Theological Review 11 (1913): 7.
Malik, «Other Side of Evangelism,»40.
Quentin Smith, «The Metaphilosophy ofNaturalism» Philo 4/2 (2001).
Machen, «Christianity and Culture,» 6.
Ibid., 10.
Ibid., 13.
John Wesley, Works 6: 217-31.
David F. Wells, No Place for Truth (GrandRapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans, 1993), 253.
J. P. Moreland, Love Your God with All YourMind (Colorado Springs: Nav Press, 1997), 93-94.

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