Entendiendo Nuestra Posición Como Hijos de Dios – Dos Posiciones Que El Creyente Ocupa – Parte 2

DOS POSICIONES QUE EL CREYENTE OCUPA – PARTE 2

 

Frase clave: “Encontrar quiénes somos es el primer paso para encontrar lo que debemos hacer y lo que podemos hacer”.

Escritura clave: Romanos 8:17 “Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo”.

Propuesta: Entender las dos posiciones en las que el creyente está, debido a Jesús.

Objetivo: Como creyentes, es importante que entendamos quiénes somos en Cristo Jesús y la posición que ocupamos como miembros de su cuerpo. Por último, el plan de Dios es que entendamos quiénes somos en Cristo Jesús y vivamos en esa posición, aquí en la tierra.

Introducción: Es importante entender quiénes somos en Cristo. Para vivir el llamado que Dios tiene para usted, como creyente, necesita tener un concepto propio y saludable acerca de su posición en Cristo.

Coherederos con Cristo

La segunda posición que debemos ocupar, como creyentes, es la de coherederos con Cristo. Romanos 8:17 dice que somos coherederos con Cristo. No sólo hemos recibido el ser justos ante Dios, sino que, también se nos ha dado una herencia. Coherederos significa que, como creyentes, tenemos una herencia a través del Señor Jesucristo, aquí en la tierra. Como criaturas del Altísimo, Él nos ha dejado promesas y, cada una de esas promesas, representa una herencia para la vida de cada creyente.

Nuestra posición como seres salvos

Romanos 10:9-10 “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”.

 

  • La palabra “salvo” en esta escritura viene del Griego Sodzo. Significa más que sólo el derecho de ir al cielo. 
  • Significa que nada falta, nada está quebrantado, está íntegro.
  • Cuando una persona está experimentando enfermedad física en su cuerpo, hay algo que falta en su vida.  Le falta buena salud.
  • Cuando una persona está muy endeudada, significa que su habilidad para pagar por sus responsabilidades diarias está quebrantada.

Cuando recibimos a Jesús, no sólo recibimos el derecho de ir al cielo, sino que también recibimos sanidad divina, prosperidad divina, liberación de ataduras, una esperanza para nuestro futuro, dirección del Espíritu Santo, la posición de ser hijos de Dios. Todo lo que Dios tiene para nosotros, en este mundo o en el cielo, está disponible para nosotros, cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Recibimos el paquete completo de las bendiciones de Dios. La posición que ahora ocupamos es la posición de ser coherederos con Jesús. Ser un coheredero significa que hay dos herederos. Cada heredero tiene igualdad de propiedad de algo. Eso significa que, como creyentes, tenemos una nueva posición en Cristo, como dueños y no como esclavos. Todas las cosas, en el cielo y en la tierra, han sido dadas a Jesús (1 Corintios 15:27) y como coherederos con Cristo, todas las cosas también nos pertenecen. Dios no tiene hijos especiales y otros que no le gustan.  A todos se les ha dado la autoridad para vivir en victoria absoluta, como la Biblia promete.

Un ejemplo: Si usted tuviera un hermano y sus padres, al morir, les hubieran dejado un terreno grande en el campo y les hubieran nombrado coherederos del terreno, eso significaría que su hermano y usted tienen todos los derechos y privilegios de esa herencia.  Los dos tienen el mismo derecho de ser propietarios del terreno. Bueno, lo mismo es cierto acerca de nuestra posición en Cristo.  Antes de ser salvos, teníamos la herencia de la muerte. Ahora, después de que hemos recibido a Jesús como nuestro Señor y Salvador, hemos recibido la promesa de una gran riqueza (2 Pedro 1:4, 2 Corintios 1:20). Jesús vino y, con su muerte, sepultura y resurrección, nos trajo todo lo que Dios tiene para ofrecer. Y con ese gran sacrificio, somos libres de cargas y ataduras y estamos habilitados para ser coherederos con Cristo.

Nuestra imagen mental de Jesús

Es importante que tengamos la imagen mental correcta de nuestra posición, así como tenemos la correcta imagen mental de Jesús. Como hijos de Dios, en el Nuevo Testamento, vemos a Jesús como el único hijo de Dios. Esa es una imagen adecuada de Él en los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.  Pero, cuando nos vamos al libro de los Hechos y las Epístolas, vemos cambiar el titulo de Jesús. Él pasa de ser el único hijo de Dios a ser el primero entre muchos hermanos. ¿Por qué vemos ese cambio?  Porque después de la resurrección, Jesús ya no es el único hijo de Dios, sino el primogénito (Romanos 8:29). Cuando aceptamos a Cristo, nos hicimos hijos de Dios, con todos los derechos y privilegios. No podemos ser hijos de Dios y no aceptar las cosas que vienen junto con ello.  Ser un hijo también significa entrar en una heredad.  Por tanto, la manera en la que nos vemos a nosotros mismos tiene que cambiar, para estar en acuerdo con lo que la Palabra de Dios dice. Si no podemos ver a Jesús viviendo en enfermedad, entonces no deberíamos vernos viviendo en enfermedad. Si no podemos ver a Jesús luchando con la pobreza, entonces, tampoco no deberíamos vernos a nosotros luchando. Dios ha provisto la posición de ser coherederos con Jesús y no deberíamos conformarnos con menos de lo que la Biblia dice.

No podemos ganarnos la posición de ser coheredero

También es importante que nos demos cuenta que no podemos ganarnos la posición de ser coherederos con Cristo. Hemos heredado nuestra posición de coherederos porque somos hijos del Altísimo y no por otra razón. Jesús pagó por ello, es por eso que no importa lo que hagamos para ganarnos esta posición. La salvación es un regalo gratuito (Romanos 5:15-16). Todo lo que podemos hacer, como creyentes, es aceptar el regalo que Dios nos ha dado y hacer todo de nuestra parte para caminar en esa realidad.

Preguntas de Aplicación 

1)    Explique el concepto de ser coherederos

2)    Explique el significado de la palabra salvo, como lo encontramos en Romanos 10:8-10

3)    A continuación, nombre tres cosas que usted puede hacer y cómo las aplicará, dentro de la siguiente semana, para ayudarle a cambiar su imagen mental propia, como se ha mencionado en el texto. Esté preparado para discutirlas la siguiente semana.


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