Es hora de caminar!

Un buen día venia caminando con una niña pequeña y su hermana, la niña tenía 4 años, hicimos un buen trecho mientras la hermana alzaba a la niña, en determinado lugar- no faltando mucho para llegar a la meta (la casa) la hermana mayor bajo a la pequeña y le dijo: Vamos camina, falta poco.
La pequeña miro a la hermana y se largo a hacer un berrinche enorme, con gritos y pataleos, se sentó a la orilla del camino y amenazo con no dar un paso más.
Mire a la hermana, le dije ¿queres que la alce yo? Me respondió: ¡No! tiene que aprender a caminar sola, ya es grande, seguimos caminando y la niña gritando y caminando (con reproches) detrás nuestro, creo que se canso mas de tanto gritar que si hubiera caminado sin berrinches, su hermana la cargo en brazos unas 20 cuadras, ella solo camino 2 cuadras.
Me asombro la respuesta y la paciencia de la hermana.
¿Cuántas veces Dios hizo la mayoría del trecho llevándonos en sus brazos y cuando nos pide un acto de madures nos largamos al costado del camino amenizando no dar un paso mas?
Dios se especializa, en hacernos crecer, nos lleva la mayoría del trayecto en sus brazos, pero hay momentos que no es que nos suelte la mano o nos deje sin cuidado, es simplemente que como buen Padre que es nos PIDE MADURES.
Cuando Jesús llamo a sus discípulos, estos tuvieron que tomar decisiones para seguirle, cuando iba camino al cautiverio en el Getseman tuvo que tomar la decisión de morir en la cruz, cuando Pablo fue llamado tuvo que tomar la decisión de obedecer la visión, el ciego de Jericó estaba a orillas del camino, como esta nena, ambos conocían el camino: porque lo llevaron cargando…pero ambos se sentaron a orillas, ambos dieron gritos, solo que la diferencia: la nena se quejo, el ciego pidió compasión ¡volvió al camino! Tomo la decisión de volver al camino dando gritos para ser oido y recibir milagros, la nena dio gritos de amenazas y quejidos.
Elías, fue otro que se fue a la cueva por temor a Jezabel, el Señor tuvo que hablarle mostrarle que siempre estuvo y que seguirá estando…y que de Dios procede siempre esa brisa suave llena de bendición (aunque antes hubo truenos) El Señor luego lo envío a Sarepta: lo mudo…
El ciego, Elías, los discípulos, inclusive Jesús tuvieron que ser mudados para lograr el propósito, lo central esta en ¿como hacemos esa mudanza con gritos de clamor reconociendo a Dios su soberanía o con gritos de queja infundados?
Como siempre Papa nos da una respuesta: Elías sintió la brisa suave y se postro ante la presencia del Señor….postrémonos en la suave presencia del Señor, demos pasos confiados, ya Papa nos alzo la mayor parte del trecho…
¡¡todo saldrá bien!! Si Dios contigo ¿Quién contra ti?


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.