Esto también pasará

He vivido una Montaña Rusa de situaciones y emociones desde principios de febrero que me ha dejado sensible, fatigada, a veces desanimada. Pero en los momentos más oscuros, esta frase ha venido a consolarme. «Esto también pasará».

Tenemos una expresión: «No hay mal que dure mil años». Ninguna situación, por sí misma, es eterna. Y eso me da una paz increíble. ¿Por qué? Porque me ha hecho comprender que las situaciones son las que se han complicado, pero él no ha cambiado. Si bien cada día parece ser un nuevo enfrentamiento con algo inesperado, existen dos cosas inmutables (que no cambian) a las que me puedo afianzar.
1. Su persona. Porque él sigue siendo mi Pastor, mi Amigo, mi Consejero, mi Salvador, mi Señor, mi Rey, mi Padre. Y ninguna situación alterará este hecho.
2. Sus promesas. Porque siguen firmes y abiertas a todo aquel que las busca. Aún concederá las peticiones de mi corazón, y escuchará mis plegarias, y me dará paz en la mente y en el corazón, a pesar de cualquier circunstancia.
Puedo decir: «Esto (este momento, esta situación, esta prueba) también pasará». Pero: «Su palabra permanece para siempre» y «él es eterno». Todo lo demás, es temporal.

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