Éxodo Capítulo 07

Bendiciones hermanos.

Continuamos con la lectura del libro de Éxodo, hoy con el capítulo 7 que trata tres temas, el primero que viene del capítulo 5 como, Jehová comisiona a Moisés y a Aarón, y sigue con, la vara de Aarón y la plaga de sangre.

Padre nuestro, gracias hoy te damos por poder en este día alabarte y adorarte, ponemos en tus manos la lectura del día para que por medio de tu Espíritu nos des el conocimiento por el cual cada día nos acerque más a ti, te pedimos por este espacio en el cual podemos llevar tu palabra y guárdanos de todo mal, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.

Éxodo

Capítulo 07

Jehová comisiona a Moisés y a Aarón

7:1 Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.


7:2 Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.


7:3 Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas.


7:4 Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios.


7:5 Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos.


7:6 E hizo Moisés y Aarón como Jehová les mandó; así lo hicieron.


7:7 Era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón.

La vara de Aarón

7:8 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:


7:9 Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra.


7:10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra.


7:11 Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos;


7:12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos.


7:13 Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

La plaga de sangre

7:14 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo.


7:15 Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,


7:16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír.


7:17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.


7:18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río.


7:19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.


7:20 Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre.


7:21 Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.


7:22 Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.


7:23 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto.


7:24 Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río.


7:25 Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río.

Notas al:

Éxodo 7:1 Tu hermano Aarón será tu profeta: La misión del profeta consiste en transmitir la palabra de Dios (Jer 1.9; Ez 3.10). De ahí que Aarón, por ser el portavoz de Moisés, pudiera ser llamado su profeta. Cf. Ex 4.16.

Éxodo 7:3 Yo endureceré el corazón del faraón: Véase Ex 4.21. Se alude a la terquedad del faraón, como en una especie de refrán, al final de cada encuentro con él y después de cada plaga (v. 13,22; Ex 8.15,19,32; 9.7,12,35; 10.20,27; 11.10; 14.4,8). En unos casos se indica que el faraón se endurece por sí mismo; en otros, como en el presente, es Dios quien endurece su corazón. De este modo se ponen de relieve dos principios: Nada de lo que sucede escapa a la acción y a la soberanía de Dios; sin embargo, el ser humano también es responsable de sus propias acciones (cf. Dt 2.30; 30.15-20). En el caso del faraón, la Biblia afirma ambos principios sin tratar de resolver el conflicto entre ellos.

Éxodo 7:3 Cf. Hch 7.36.

Éxodo 7:14 7.14–11.10 La sección siguiente contiene el relato de las nueve primeras plagas de Egipto (Ex 7.14–10.29) y el anuncio de la décima (11.1-10). El uso ha consagrado la expresión «plagas de Egipto», pero los textos bíblicos hablan más bien de «señales» (7.3; cf. 4.7-8), «maravillas» (11.9) y «prodigios» (11.10). Estas expresiones dan a entender que las «plagas» son demostraciones del poder de Dios: el Señor ha decidido liberar a su pueblo de la esclavitud y nada puede oponerse a su voluntad. La naturaleza le obedece, porque Dios es más poderoso que el faraón, sus magos y sus dioses (cf. Ex 12.12; Dt 26.7-8).

Éxodo 7:17 Las nueve primeras plagas presentan una cierta progresión. Primero afectan a la naturaleza inanimada (el Nilo, corazón de Egipto y principal fuente de su prosperidad). Luego intervienen los animales pequeños (ranas, moscas y piojos) más o menos dañinos pero que todavía no causan perjuicios mortales. Después muere el ganado y tanto hombres como animales quedan cubiertos de llagas (Ex 9.1-12). El granizo ocasiona ya algunas muertes (9.19-21,25) y las langostas destruyen todos los recursos alimenticios del país (10.15). Finalmente, la oscuridad es una especie de retorno al caos original, antes del primer día en el que Dios separó la luz de las tinieblas (cf. Gn 1.2).

Éxodo 7:20 Cf. Ap 8.8; 16.4. Las plagas de los caps. 7–11 sirvieron de base mucho más tarde para describir algunas de las catástrofes de Apocalipsis. Véanse Ap 8.2–11.19 n.; 16.1-21.


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