Flechas rotas,.

He aquí, herencia de Jehová son los hijos;cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.
bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.- Salmo 127:3-5

El nacimiento de un niño sigue siendo uno de los mayores milagros que jamás haya visto. Parado en la esterilizada sala blanca del hospital con olor a fuerte desinfectante en mis manos, como si fuese alguna nueva colonia, me dieron el eslabón al futuro. Me entregaron mi embajador en la próxima generación.Parpadeando, frunciéndose y estremeciéndose, ese pedacito de amor, envuelto en una manta ya estaba ligado a mi corazón ara siempre…¡acabábamos de tener un hijo!
Para mí, un pedacito de cielo se había hecho realidad en el vientre al consumarse nuestro amor.-


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