Forjando una Nación: Golpe de estado

En mi ignorancia y juventud, en mi inmadurez y poco tino, tuve envidia de los líderes y anhelé su posición. Por supuesto que nadie me informó de lo difícil que resultaba su trabajo. Nadie me contó que entre mayor autoridad, mayor responsabilidad. Yo solo tuve envidia y la tierra se abrió y me tragó.
Mi orgullo me elevó y me desplomé en pleno aire. Perdí amigos y credibilidad. Comprendí que «Moisés» y «Aarón» pasaban un mal rato cada vez que el pueblo se rebelaba. Entendí que es fácil dar un golpe de estado, pero difícil permanecer en el poder. Y que llegar arriba es bendición de Dios, cuando él quiere y como quiere.

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