Forjando una Nación: Latidos de Esperanza

Pero allí está siempre él.
Con todo:
a. Él mira cuando estoy en angustia. Observa la injusticia y la inseguridad. Nada pasa desapercibido por su ojo.
b. Él oye mi clamor. No da oídos sordos a mi llanto ni mi a ruego.
c. Se acuerda de su pacto. Él me salvó, me salva y me salvará. No me dejará hasta formar en mí a su Hijo.
Incluso, permite que los que me tienen cautiva tengan misericordia. Así que día a día veo pequeños milagros que acaban con la crisis. Relaciones personales que mejoran; rasgos de carácter que prosperan; un país con quienes aún esperan en Dios.


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