Era el Día de Reyes de 1986, tenía 9 años y estaba en 3ro de primaria, ese día conocí a Freddy Beras Goico.
En el famoso y ya desaparecido Quisqueya Park, ese día el Gordo de la Semana tenía una celebración donde regalarían algunos juguetes. Mis hermanos y yo fuimos con mami. Quería subir en la montaña rusa pero a mi edad no era permitido, así que me escapé de su mano y me perdí en la inmensidad del parque. Después de la montaña rusa, lleno de vómito, sin encontrar a mi familia, alguien de producción me llevó a tarima junto con unos 8 niños que también se habían perdido. Don Freddy caminó hacia mi (¡era gigante! ¡jejejejeje!) y con lo relajao que era me dijo: «Y tú, ¿cómo te llamas?» «Fausto Liriano»- dije con voz quebrada que don Freddy luego repitió, burlándose de mi. Si hubiese sido otra gente me hubiese quillado, pero Freddy era el Gordo de la Semana, que reía mucho pero que también lloraba cuando veía la necesidad y el dolor de mucha gente. Así que «El Gordo de la Semana» podría reirse de mi todo lo que quería. Mi mamá fue a la tarima, riéndose con mis hermanos del papelón que había hecho en un programa que vió todo el país (incluyendo mis compañeros de escuela que vería al otro día).
Ese evento lo fui recordando toda mi vida, hacía el cuento en fiestas de navidad para que la gente se riera un poco y conforme pasaron los años se fue borrando poco a poco de mi mente hasta verlo ahora en blur. Vi a Freddy muchas veces más después de eso, de hecho uno de los primeros lugares donde estuvo El Círculo fue al lado de su casa. Era de esas personas que uno pensaba que nunca morirían, pero los personajes con quienes lloramos y reímos también se van, Freddy también se fue. Y hoy, el día de su partida recuerdo ese día en que fuí al Gordo de la Semana.
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