GÉNESIS PARTE I/EL PRÓLOGO/CAPÍTULO 2/2

Luego, Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo»

Me sorprende esta declaración del Señor después de que en el capítulo primero uno de los mensajes repetido con frecuencia es la bondad de todo aquello hecho por Dios.

Creo que aquí el sentido de no es bueno sería más bien el de no es conveniente, no es lo adecuado, no es, sencillamente, lo mejor.

Esto indica que Dios decidió, por la razón que sea, que hay una serie de necesidades del ser humano que Él no puede satisfacer y que, consecuentemente, ha señalado que sean satisfechas por otros seres humanos.

Esta afirmación del Señor en el libro de Génesis nos habla del carácter comunitario del ser humano y la necesidad que todos nosotros tenemos de los otros para poder ser personas completas y ver todas nuestras necesidades cubiertas.

Posteriormente, en el Nuevo Testamento, veremos que somos salvados de forma individual, cierto, pero para ser agregados y formar parte de una familia, de un pueblo, de una comunidad. No existe tal cosa como como una fe y un seguimiento de Jesús individual, solitario y personal, siempre ha de darse en el contexto de la comunidad.

Al pensar en la dimensión comunitaria viene a mi mente una pregunta que, con demasiada frecuencia, obviamos ¿Qué aporto yo a la comunidad? ¿Qué tengo yo que pueda bendecir a otros? ¿Qué necesidades soy responsable de ministrar? A menudo nos acercamos a la dimensión comunitaria pensando únicamente en los beneficios que la misma me podrá reportar, sin pensar en cuáles son las bendiciones y la contribución que yo puedo dar.

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