Hasta Pronto, Dallas Willard

«El Señor es mi Pastor» se ha escrito más en lápidas
que en corazones.»
Dallas Willard

Hace unos años, un amigo que no he vuelto a ver ,me regaló un libro. Entre otras cosas decía: «Mi oración es que este libro te lleve a un profundo entendimiento y a una mejor relación con nuestro Señor y Salvador y su Palabra.» Lo demás es historia, «The Divine Conspiracy» me llevó a cuestionar mis prácticas como creyente, y a leer y releer y releer las enseñanzas de Jesús hasta que pasasen a mi mente, a mi corazón, hasta que las practicase. No sólo eso, Dallas Willard me llevó a prestarle más atención a algo que hemos perdido como iglesia: la práctica de hacer discípulos, pues «La Gran Comisión» se ha transformado en «La Gran Omisión». No fue fácil de leer, Willard era un filósofo y mi inglés en esa época no era mejor que ahora, es el tipo de libros que quizás nunca traduzcan al español, lo que es una pena, pero el lector hispano casi siempre se conforma con formulitas y le da pereza pensar.

El día de hoy, Willard murió, unas pocas semanas después de que se le diagnosticara cáncer. Willard una vez dijo: «A la mayoría de los cristianos se les prepara para morir pero no están preparados para vivir.» Se que no estabas entre esos y aunque nunca te conocí en persona puedo llamarte amigo, pastor. ¡Gracias Willard! ¡Hasta la vista!

«Dogma es lo que tienes creer, aunque no lo creas. Y ley es lo que debes hacer, sea bueno o malo para ti. Jesús y sus palabras nunca pertenecieron a las categorías de dogma o ley, y leerlas como si así fueran es simplemente estar perdidos.»

«Hoy… dependemos comúnmente del uso de las historias emocionales y de las imágenes para «mover» a la gente. Hemos fallado en entender que, en la propia naturaleza de la mente humana, emoción no genera fe o creencia confiables, si acaso genera alguna. Ni siquiera el ver lo hace, al menos que sepas qué estás viendo. Es el entendimiento, conocimiento, que genera el creer. En vano tratamos de cambiar los corazones de las personas moviéndolos a hacer cosas en formas que sobrepasan su entendimiento.»

«No consideramos seriamente a Jesús como nuestro Maestro en cómo debemos vivir, entonces no podemos pensar por nosotros mismos, en el día a día de nuestra existencia, como sus estudiantes o discípulos. Así que confiamos en los predicadores o escritores populares, unos cristianos y otros no- cualquiera que este escribiendo libros o haciendo «talk shows» y seminarios en asuntos que nos conciernen.«
 Dallas Willard

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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
Bajo Licencia Creative Commons


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