HEBREOS ESTUDIO 18. LA SUPERIORIDAD DE LA ALIANZA EN JESÚS

UNA ALIANZA ESCRITA EN EL CORAZÓN

HEBREOS 8:1-13

El punto principal es el siguiente: tenemos un sumo sacerdote quien se sentó en el lugar de honor, a la derecha del trono del Dios majestuoso en el cielo. Allí sirve como ministro en el tabernáculo[a] del cielo, el verdadero lugar de adoración construido por el Señor y no por manos humanas.
Ya que es deber de todo sumo sacerdote presentar ofrendas y sacrificios, nuestro Sumo Sacerdote también tiene que presentar una ofrenda. Si estuviera aquí en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas que exige la ley. Ellos sirven dentro de un sistema de adoración que es sólo una copia, una sombra del verdadero, que está en el cielo. Pues cuando Moisés estaba por construir el tabernáculo, Dios le advirtió lo siguiente: «Asegúrate de hacer todo según el modelo que te mostré aquí en la montaña»[b].
Pero ahora a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, se le ha dado un ministerio que es muy superior al sacerdocio antiguo porque él es mediador a nuestro favor de un mejor pacto con Dios basado en promesas mejores.
Si el primer pacto no hubiera tenido defectos, no habría sido necesario reemplazarlo con un segundo pacto. Pero cuando Dios encontró defectos en el pueblo, dijo:
«Llegará el día, dice el Señor,

    en que haré un nuevo pacto

    con el pueblo de Israel y de Judá.

Este pacto no será como el que

    hice con sus antepasados

cuando los tomé de la mano

    y los saqué de la tierra de Egipto.

Ellos no permanecieron fieles a mi pacto,

    por eso les di la espalda, dice el Señor.

10 

Pero éste es el nuevo pacto que haré

    con el pueblo de Israel en ese día,[c] dice el Señor:

Pondré mis leyes en su mente

    y las escribiré en su corazón.

Yo seré su Dios,

    y ellos serán mi pueblo.

11 

Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos

    ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes,[d]

    diciendo: “Deberías conocer al Señor”.

Pues todos ya me conocerán,

    desde el más pequeño hasta el más grande.

12 

Y perdonaré sus maldades

    y nunca más me acordaré de sus pecados»[e].

13 Cuando Dios habla de un «nuevo» pacto, quiere decir que ha hecho obsoleto al primero, el cual ha caducado y pronto desaparecerá.

El punto central de todo esto, tal y como indica el escritor del libro, es que nosotros tenemos en Jesús a un Sumo Sacerdote que ministra desde el lugar santísimo, desde la misma presencia de Dios. 
Se hace, entonces, una comparación entre la antigua y la nueva alianza para remarcar la superioridad de esta última. Los argumentos del autor de la carta son, en primer lugar, que la antigua era únicamente una sombra de la nueva. En segundo lugar, que si la primera hubiera sido válida hubiera hecho innecesaria, totalmente, la segunda. Finalmente, que la nueva alianza declara vieja y obsoleta la antigua.
Esta nueva alianza, de la que Jesús es el máximo representante, el sacerdote que intercede de forma constante por nosotros, ya había sido profetizada en el Antiguo Testamento por medio del profeta Jeremías (véase 31:31-34) y era una alianza que tiene que ver mucho más con el corazón y el interior de la persona que no, únicamente, con el exterior de la misma.

UN PRINCIPIO
UNA ALIANZA DEL CORAZÓN
UNA PREGUNTA
¿HASTA QUÉ PUNTO LOS CAMBIOS EN TU VIDA AFECTAN A TU CORAZÓN?


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