*** JESUCRISTO ***

Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al padre,
si no por mí.
Juan 14:6

Jesucristo es la razón de nuestra existencia, por Él vivimos,
para Él vivimos, y aun más, de Él somos.


Pero ¿Quién es Jesucristo? La gente de todos los tiempos se ha hecho
esta pregunta, y la razón es que pocos entienden quién y qué clase de
Hombres pudo haber sido aquel que cambió la historia del mundo en dos
partes: A.C. = Antes de Cristo y D.C. = Después de Cristo.
Para algunos es una locura pensar en la única persona en el universo
entero que murió, pero que ahora está viva, pues resucitó y su tumba
está vacía dando testimonio de ello.

Muchos piensan que Jesucristo es una religión, pero la Biblia enseña
que Jesús no es ninguna religión, al contrario, Jesús aborrece la religión
y lo que busca con el hombre es una relación.

Otros más piensan que Jesús es un filósofo y hasta se atreven a compararlo
con los sabios griegos o chinos, sin embargo todos ellos murieron,
sin poder cambiar al mundo, Jesús en cambio está vivo y sí logró
este propósito.

En fin, se han escrito cientos de libros en torno a Jesús, dando opiniones, apreciaciones, juicios y críticas personales de los autores de tales escritos,
sin embargo el único Libro que nos puede explicar quién es Jesús, para
qué vino a este planeta, y cuál es su propósito para con el hombre,
es la Biblia.

Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Hebreos 13:8


Jesucristo es una palabra de origen griego que surge como resultado
de la combinación de 2 palabras: Jesús que significa Salvador o El Señor
salva, pues su propósito es salvar al mundo de sus pecados; y la otra
palabra es Cristo que significa Ungido, por ser lleno de la presencia
y del poder de Dios. Cristo tiene el mismo significado que la palabra
hebrea Mesías, que refiere al Profeta ungido prometido por Dios.
Así que ya sea que leamos Jesús, Cristo, Mesías o Jesucristo,
entendamos que se refiere a la misma persona, de la cual la Bíblia
nos habla en los siguientes términos:

Jesucristo es Dios: La Bíblia enseña acerca de la eternidad de Dios,
y como una de sus formas en que se manifiesta es en la persona de Jesucristo,
una de las Personas que forman la Trinidad, «…porque en Él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad» Colosenses 2:9.
Jesús, siendo Dios, es el Creador de todas las cosas: «En el principio
era el Verbo (Jesucristo), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios…
todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho» Juan 1:1,3. Jesús es la Palabra de Dios encarnada,
la potencia misma de Dios, quien tiene el control de todas las cosas,
y quien además de ser el Autor y Creador, es el Amo y Señor del universo
entero, como está escrito: «Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito
de la creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles…
todo fue creado por medio de Él y para Él.
Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten»
Colosenses 1:15-17.

Jesucristo es amor: Esta es la característica más importante de la
personalidad de Jesús. Pues su gran amor el que ha hecho que los seres

humanos tengamos la posibilidad de la salvación.
Quizás no podamos cuánto,
cómo y por qué es que Jesús ama tanto a la humanidad, pero algo claro es
que siendo Dios, renunció a sus atributos o llamésmoles características
y derechos que como Dios tiene, y se hizo hombre, exactamente igual que
cualquier otro hombre que hay sobre la tierra: «Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Jesús), para que todo aquel
en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» Juan 3:16.
Jesús el Hijo de Dios vino a esta tierra, solo por amor a usted,
y estuvo dispuesto no solo a venir, sino también a morir y derramar
Su sangre por amor a usted, para salvarlo a usted, dándole de esta
forma perdón de pecados y vida eterna al reconciliarlo con Dios.
La persona que más le ama a usted en el mundo es Jesucristo.

Jesucristo es el Salvador: El amor de Dios para con nosotros, es práctico,
es decir, que no se limita a palabras, sino que trasciende a los hechos,
y la forma e demostrarlo es a través de la salvación tan grande que
nos ha dado. ¿Cómo consiguió Jesús nuestra salvación? «Ciertamente llevó
Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros
curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó
por su camino; más el Señor cargó en Él el pecado de todos nosotros»
Isaías 53:3-6. No hay otra forma, persona o credo en el que podamos
ser salvos, sino por medio de Jesucristo, rindiendo a Él nuestra vida
y abandonando nuestro pecado. Por eso el único camino, la única verdad
y la vida eterna están solamente en Él. «…porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres en el que podamos ser salvos»
Hechos 4:12.

Jesucristo es la vida: ¿Cómo encontrar la vida eterna? ¿Quién la tiene
y quién la da? La respuesta está en Jesús, el autor de la vida, quien
fue capaz de poner su vida al morir por usted, pero también fue capaz
de tomarla de nuevo al resucitar de entre los muertos, pues Él es eterno
y sus días no se acabarán jamás. «En Él estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres » Juan 1:4. La vida del hombre no acabará en este planeta,
sino que trascenderá la eternidad, si le entrega su vida a Jesús
«Porque como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también
el Hijo a los que quiere da vida » Juan 5:21.

Jesucristo es la resurrección: La esperanza del hombre es encontrar
la salvación que conduce a la vida eterna. Aunque muchos se cuestionan
si en realidad existe vida después de la muerte, podemos afirmar lo que
la Biblia establece: «Y de la manera que está establecido para los hombres
que mueran una sola vez, y despuésde esto el juicio» Hebreos 9:27.

Jesucristo es el principio y el fin

SOY JESÚS

Todos me conocen, menos tú. Nací en un humilde pesebre de Belén de Judea,
en Israel, en un día en que se partió la historia del mundo, ya que en la
era que vives, inició su conteo, desde el día de mi nacimiento.
Desde niño, aprendí a manejar la madera. Me volví experto en el manejo
de todos los implementos que me permitían volver un rudo tronco de árbol,
en un mueble funcional. Cuando contaba un árbol robusto le separaba la corteza
y sacaba de él, el mayor provecho; mientras más diestro, mejor aprovechaba
el material y la calidad de una pieza, una vez acabada, hablaba muy bien
de mi profesión artesanal. Sólo que muy pronto supe que esa no sería mi
verdadera profesión, porque mi nombre Jesús, quiere decir: El salvará a
su pueblo de sus pecados, profesión de la cual quiero hablarte.
Desde la niñez me interesé por el estudio de las Sagradas Escrituras,
legado de mi pueblo y aprendí que así como un manejo hábil de mis manos,
la madera podía convertirse en algo hermoso, el alma de un ser humano
como tú, en mis manos, igualmente, podía alcanzar niveles insospechados
de belleza y felicidad.

Me explicaré:

Vine a este mundo en forma de hombre, pero mi verdadera función es ser Dios.
Sólo que si me presento como Dios, alguien como tú no me creería, por lo
que tuve que venir en forma humana, no sólo para identificarme contigo,
sino para que puedas asimilar lo que soy. Para que me entiendas,
tú estás hecho a mi misma imagen y semejanza, pero sin tus
imperfecciones.



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