PROMESAS INSPIRADORAS ACERCA DE JESÚS, EL REY ETERNO
Jehová es nuestro juez. Jehová es nuestro legislador.
Jehová es nuestro Rey. Él mismo nos salvará.
ISAÍAS 33.22
Por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase
en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de
creer en él para vida eterna.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único
y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos.
1 TIMOTEO 1.16–17
Me dijo [Jesús]: Hecho está.
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin.
Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua
de la vida.
El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios,
y él será mi hijo.
APOCALIPSIS 21.6–7
Jesús, el Rey eterno
El único propósito de ir ante el Rey es alabarlo,
vivir reconociendo su esplendor. Alabar, elevando el corazón y las manos, regocijándonos con nuestras voces, cantando sus alabanzas,
es la ocupación de los que moran en el Reino.
La alabanza es la más alta ocupación de cualquier ser.
¿Qué ocurre cuando alabamos al Padre?
Restablecemos la adecuada jerarquía; reconocemos que el Rey
está en el trono y que Él ha salvado a su pueblo.
Fuente: Max Lucado CAMINATA CON EL SALVADOR
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