JUAN 24. EL MINISTERIOR PÚBLICO DE JESÚS 17

41 «A mí no me interesa que la gente hable bien de mí.42 Además, a ustedes los conozco muy bien, y sé que no aman a Dios.43 Él es mi Padre, y me ha enviado, pero ustedes no me han aceptado. Sin embargo, si alguien viene por su propia cuenta, ustedes sí lo reciben.44 ¡Cómo van a creerme, si les gusta que sea la gente la que hable bien de ustedes, y no el Dios único!

45 «No crean que yo voy a acusarlos con mi Padre. Ustedes han confiado en lo que Moisés escribió, y será él quien los acuse.46 Porque si le creyeran a Moisés, también creerían en mí, pues él escribió acerca de mí.47 Si no creen en lo que él escribió, ¿cómo van a creer en lo que yo les digo?»

Jesús finaliza su disputa con los judíos diciéndoles tres cosas importantes en las que puedo verme reflejado como destinatario. A saber, Es fácil aceptar a cualquiera que viene en su nombre en vez de aceptar a Jesús. Segundo, buscamos los honores o el reconocimiento de los demás en vez de buscar el de Dios. Tercero, elogiamos las Escrituras pero, a menudo, hacemos poco caso de ellas y de cómo apuntan hacia Jesús.

Pero el impacto en este pasaje para mi vida ha sido las palabras de Jesús acerca de que sea Dios quien hable bien de mí. Dicho de otro modo, buscar la aprobación del Señor y no la de los demás. Al pensar en esto ha venido a mi mente la afirmación de Jesús en su parábola acerca de los talentos, has sido un siervo bueno y fiel. Me gustaría imaginar la situación, Jesús me mira cara a cara, pone su mano sobre mi hombro y me dice esas palabras. Me dice que he sido un buen agente de restauración en un mundo roto, que lo he hecho bien y he sido fiel a su propósito y misión. Ójala permita que sea así.

Un principio

Vivir buscando el reconocimiento de Dios.


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