JUAN 7. JUAN EL BAUTISTA Y LOS PRIMEROS DISCÍPULOS 4

43-44 Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Allí encontró a Felipe, que era de Betsaida, el pueblo donde vivían Andrés y Pedro. Jesús le dijo a Felipe: «Sígueme».

45 Luego, Felipe fue a buscar a Natanael, y le dijo:

–Hemos encontrado a aquel de quien Moisés escribió en la Biblia, y del que también hablan los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José.

46 Natanael preguntó:

–¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?

–Ven y lo verás –contestó Felipe–.

47 Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo:

–Aquí viene un verdadero israelita, un hombre realmente sincero.

48 Natanael le preguntó:

–¿Cómo es que me conoces?

Jesús le respondió:

–Me fijé en ti cuando estabas bajo la higuera, antes que Felipe te llamara.

49 Entonces Natanael respondió:

–Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios y el Rey de Israel!

50 Jesús le dijo:

–¿Crees eso sólo porque dije que te vi debajo de la higuera? Pues todavía verás cosas más importantes que estas.

51 Y luego les dijo a todos: «Os aseguro que vosotros veréis el cielo abierto, y también a los ángeles de Dios subir y bajar sobre mí, que soy el Hijo del hombre».

Dos nuevos discípulos se encuentran con Jesús, Felipe y Natanael. Ambos reaccionan de forma diferente. Al reto de seguirle lanzado por Jesús, Felipe responde de forma rauda y lo hace. A la invitación que Felipe hace a Natanael, este último manifiesta sus dudas y reticencias, sin embargo, está dispuesto a comprobarlo, a verificarlo, le da, digámosle de esta forma, una oportunidad a Jesús.

Al leer este pasaje pensaba en el cambio que se produjo en el estilo de vida de estos dos hombres que decidieron seguir a Jesús. Sus prioridades y su estilo de vida se vio alterado para poder ajustarse al del Maestro.

El mensaje para mí ha sido claro, no es posible ser discípulo de Jesús sin seguirle. No es posible seguirle sin hacer ajustes en el estilo de vida. No es posible hacer ajustes en el estilo de vida sin pagar precios y estos, no siempre son agradables para nosotros.

Seguir a Jesús es cambiar la forma de vivir, no para amoldarla a los gustos de la iglesia, sino a la agenda de Jesús y esta, es muy radical, ni más ni menos que poner este mundo patas arriba.

Un principio

No es posible seguir a Jesús sin introducir cambios.


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