La definición del amor



Hace algunos años se popularizo algo que cantaban los Beatles, ellos decían “Todo lo que necesitas es amor”…. mi pregunta es ¿A que tipo de amor se referían ellos? Nuestra sociedad post-modernista tiene un concepto de amor, pero lo que la cultura popular entiende por amor, no necesariamente es la definición autentica del amor verdadero. 


Antes de ahondar en el tema, es bueno identificar cual es el significado del amor para nuestra sociedad moderna. Cual es la cosmovisión del amor en nuestra cultura popular. 


Cuando identificamos los rasgos de la manera bajo la cual la  modernidad ha interpretado el amor, no estamos lejos de decir: Que lo que se suele denominar amor, no es en absoluto un amor auténtico. Es un fraude total, lejos de ser “todo lo que necesitas” es algo que debes evitar a toda costa. 
Las ideas tienen consecuencias y las ideas que han venido surgiendo sobre la interpretación del amor durante los años, han dado paso a una desfiguración completa de tan noble definición. 
Las películas, la televisión, la radio, el internet y todos los medios de comunicación se han encargado de propagar estas ideas modernas sobre el tema… 
Por ejemplo, nos presentan un amor íntimamente asociado a la inmoralidad en esas escenas que ya todos conocemos, sexo, desenfreno, “amor” egoísta, que lo quiere todo para el pero no piensa en lo que es capaz de dar a la persona “amada”, nos presentan un amor incapaz de ser paciente y de esperar el tiempo correcto, nos presentan un “amor” motivado por intereses, nos ponen en bandeja de oro un amor que no entiende que es el sacrificio por la persona amada, un amor mutilado de honestidad, humildad, sinceridad, sin dobles intenciones… como para expresarlo al prójimo. 
La cultura popular intenta desesperadamente difuminar la línea que separa el amor verdadero de la pasión inmoral, de lo correcto e incorrecto. La inmoralidad es una perversión total del amor verdadero; la codicia otra corrupción del amor que se origina en el deseo narcisista de auto gratificación, en lugar del bien de los demás. La pureza no tiene cabida en la cosmovisión moderna del amor. 
Lamentablemente hemos llegado a aceptar que el amor es la amplia tolerancia del pecado, abrazando al bien y el mal por igual. 
Mientras que el amor autentico nunca moverá a un hombre, o a una mujer, o a un joven, o a un niño, a desafiar las normas morales y sociales, o a ser indiferente hacia ellas. 

La definición correcta del amor nace desde el corazón de Dios nuestro creador, puesto que el es amor. Esta definición nace para ser practicada entre sus criaturas a todo nivel, nivel personal y como consecuencia interpersonal. 

En todas nuestras esferas de relaciones, ya sea en la esfera romántica de pareja, como en la esfera familiar, en la esfera que la componen nuestros amigos, nuestros vecinos, todas las personas que de alguna forma tengan relación con nosotros. 
La definición del amor dada por Dios 
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. 
En otras palabras, el amor verdadero es siempre un acto de sacrificio inspirado por la vehemencia del amor, padecimiento, dolor, tolerancia por la persona amada. A esto nos referimos cuando decimos que el amor es sufrido. Jesucristo lo hizo y creo que todos los que somos cristianos y aun los que no son cristianos alguna vez lo han escuchado. 
El amor es benigno, es decir es: Agradable, dulce, con un trato, cuidadoso para con sus semejantes, que tiene buena voluntad o afecto en sus relaciones. 
El amor no tiene envidia, no se pasa pensando con tristeza y pesar en las cosas que no tiene, y que desea pero son del bien ajeno. 
El amor no se jacta, no presume de sus cualidades, habilidades, de sus acciones o de sus posesiones, sean estas cuales sean. El amor es humilde. 
El amor no se envanece, no se comportarse con orgullo o superioridad frente a los demás, tratándolos de un modo despectivo y desconsiderado. No es soberbio ni vanidoso. 
El amor no hace lo indebido, el amor no empuja a las personas a actuar inmoralmente, lamentablemente como lo explicaba anteriormente la cosmovisión del mundo ha corrompido a tal grado esta noble palabra, que ahora parece ser que en la cultura moderna el amor abraza lo bueno y lo malo. Pero el verdadero amor no propone hacer cosas incorrectas, el amor distingue lo bueno y lo persigue. 
El amor no busca lo suyo, el amor no es inmoderado y excesivo, para atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás. 
El amor no se irrita, el amor esta alejado de la ira; la ira esta asociada directamente a un enfado muy grande o violento en el que la persona pierde el dominio sobre sí misma y siente indignación y enojo. El amor nunca llega a perder el dominio de si mismo por un enfado de este tipo. El amor soporta y puede manejar un enfado sin caer a la violencia o mal trato. 
El amor no guarda rencor, el amor genuino es incapaz de guardar un resentimiento arraigado, o resentimientos enraizados en el corazón. 
El amor no se goza de la injusticia, el amor nunca se alegra por la desgracia, la adversidad de las personas, de la pobreza, suma miseria, necesidad, hambre, o una cualquier condición desfavorable a la de uno mismo, en otras personas. 
El amor se goza de la verdad, el amor se alegra de los juicios justos, y de las condiciones verdaderas, que justamente encajen y correspondan entre la realidad y lo que se piensa, la verdad, la justicia, el amor se goza en ella. 
El amor todo lo sufre, el amor esta dispuesto a sufrir padecimientos, condiciones desfavorables por el simple hecho de poder demostrar inspirado en el amor una actitud noble, frente a otra persona en determinadas condiciones. 
El amor todo lo cree, el amor no es escéptico, el amor siempre considera posible o probable tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado. El amor es el centro de la fe. 
El amor todo lo espera, el amor no comienza a actuar hasta que suceda lo que se espera, el amor es paciente, sumamente paciente, no se anticipa a nada. 
El amor todo lo soporta, el amor tiene la capacidad de sostener una carga sobre si, sea cual sea esta carga. El amor aguanta con paciencia, dolor o resignación una cosa que no es agradable 
El amor nunca deja de ser, el amor real nunca deja de existir. 
Sin duda luego de la definición del amor desde la perspectiva de Dios, nos damos cuenta cuan divergente es la cosmovisión del amor en nuestra sociedad moderna, el reto es volver a los principios que nos revelan el amor mas puro, el amor revelado por Dios, para que el ser humano lo pueda practicar en sus relaciones. 
Autor:
Edgar Ramírez
Notas: I Corintios 13 
RVR 1960
Con cariño para: Iris Salazar


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