Por Donald Herrera
En estos días pasados noté que cada vez más personas (parti-cularmente jóvenes) hacían referencia a la Iglesia (supongo) con la frase — que es más una abreviatura — “la igle.” Al principio me hizo gracia porque considero la frase como una más de las cientos de abreviaturas no oficiales que utilizamos pero que nos facilitan el idioma: el cole, la micro, la pulpe, la tele, la uni, y muchas más.
Este vocablo me ha sugerido un nombre para esa mentalidad que mira a la Iglesia (frase completa y con mayúscula inicial) más como un club social que como la Asamblea Gubernativa de los Creyentes dirigida por su Señor y Cabeza, el Señor Jesucristo.
Algunos de mis amigos en Facebook hasta se han molestado por la asociación que he hecho del término “la igle” con esa mentalidad.
Mi propósito es alentar a los creyentes a que tengan una perspectiva COMPLETA (es decir, bíblica) del Cuerpo de Cristo tanto local como universal. Y por eso me ha hecho gracia la frase “la igle” porque me sugiere algo que se queda a la mitad, que no logra ser todo lo que debe ser y por ende no logra reflejar ni hacer todo lo que debe reflejar y hacer.
Uno de los posts que publiqué en Facebook dice: “A los líderes de “la igle” les gusta aparecer en televisión nacional. No citan la Biblia; son políticamente correctos. Dan “consejos prácticos”: cómo tener éxito, cómo ser feliz, cómo perdonar, cómo llevarse bien con los hijos. Son diplomáticos, “tolerantes,” no juzgan, encarnan el espíritu de la cultura y llaman al hombre a creer en sí mismo.”
Y aquí está otro: “La gente de “la igle” quiere ser salva… de la intrascendencia, la falta de propósito (¡por eso hablan tanto de “sueños”!), y sobre todo, del aburrimiento.”
En esta serie de editoriales quisiera explorar el origen de esta mentalidad, de esta forma de pensar y actuar con respecto a la iglesia. También quiero identificar muchas de las cualidades de la gente de “la igle” porque estoy seguro que nos encontraremos en el camino, nosotros y nuestros hijos, a muchos de ellos y porque nos juzgarán a partir de esta mentalidad.
Donald Herrera Terán es pastor de la Comunidad Cristiana Renovación, en Costa Rica.
Es Profesor en el Centro Educativo Reformado Semillas. Vive con su esposa Martha y sus dos hijos.
Pueden visitar su sitio web http://www.contra-mundum.org o su página de Facebookhttp://www.facebook.com/donald.teran
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