LA INTERCESIÓN EN EL ESPÍRITU


Es difícil hablar de la oración de intercesión, pues generalmente se conoce como «el orar por otros«, pero realmente se conoce lo que es » La intercesión en el Espíritu» .

Cuando leemos en el Evangelio de Juan en el capítulo 3 cuando Nicodemo visita de noche al Maestro Jesús y comienza eso que tan magistralmente se expone por allí:

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo (
Juan 3:5-8)

El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Acá podemos ver que hay una descripción de lo que es NACIDO DEL ESPIRITU. Juan dice que es como el Viento que se oye el sonido, pero no se sabe de dónde viene ni a donde va.

Todas nuestras oraciones como podemos analizar y ver generalmente tienen un origen de dónde vienen, ( de las necesidades de alguien), puede ser de sanidad, liberación, economía, etc. Sabemos su origen y sabemos hacia donde va, pues nuestra oración es para que se «solucione , se logre, la sanidad, la liberación , o lo que sea).

Volviendo a esta descripción de «lo que es nacido del Espíritu», que no se sabe de dónde viene ni a donde va. Sería de la misma forma la ORACION DE INTERCESION EN EL ESPIRITU. Cuando nuestro corazón, el corazón de grupo de hermanos o hermanas, está dispuesto a volverse al Espíritu para que sea El quien origine el clamor, la oración, la intercesión y sea el mismo Espíritu orando a través de nosotros, es poco común encontrarla.

He tenido testimonios de algunas hermanas que han despertado de noche con alguien en su cabeza, un nombre, un rostro, una situación y han doblado sus rodillas para clamar por eso, dejando que sea el Espíritu de Dios el que ore a través de ellos.

Hace unos cuantos años atrás tuve esta experiencia en forma colectiva con dos hermanos más, con los cuales no había que ponerse de acuerdo ni telefónicamente, ni personalmente, sino que era el Espíritu el que nos convocaba a un lugar determinado y al encontrarnos «sabíamos que era el Señor que nos había reunido, y comenzábamos a alabar al Señor y consultar qué deseaba, El colocaba en los tres la misma urgencia de orar por algo determinado que tenía que ver con su obra, con sus cosas, y comenzábamos a clamar por ello. Cuando de pronto podía pasar horas, o a veces era algo rápido, quedábamos sin esa carga y nos mirábamos y solamente alabábamos al Señor y cada uno partía a su lugar.

En algunas ocasiones quisimos general esto por nosotros mismo y nos reunimos y no sucedía nada, tratábamos de orar, y nada fluía. A veces cuando ya derrotados nos íbamos cada uno a su casa, en el bus (Locomoción colectiva, venía el Espíritu y nos urgía a orar, teníamos que bajarnos rápidamente y buscar un lugar donde poder orar. Esto nos enseñó la soberanía del Todopoderoso.

Esto sería cotidiano en la vida de los creyentes, sí estuviéramos dispuesto a que solo somos vasos para que El deposite su carga y nos use, como el Señor que es a sus siervos. Pero tenemos que salir del esquema en que vivimos, de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, prioridades, etc.

En el Libro de los Hechos vemos muchas situaciones que se daban con los discípulos de esa manera, Recordemos como fue Ananías instruido por el Espíritu para ir a donde estaba Saulo, que había caído del caballo, quedado ciego y el Mesías Bendito Jesús se le había revelado.

Pensemos como sería nuestra reacción sí el Espíritu nos diera instrucciones de esta forma como lo hizo con Ananías, no necesitaba celular, no necesitaba mail, no necesitaba nada, era su Espíritu y la vida de comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo que tenían los discípulos lo que los llevaba a funcionar de esa manera. Vemos en el mismo libro de los Hechos cuando Felipe el Evangelista fue transportado luego de bautizar al Eunuco al cual le había abierto las Escrituras para entender lo que leía. Maravilloso.

Hermanos estamos en la era del Espíritu, debemos dejar nuestros programas, está bien que los tengamos, pero sí el Rey del Reino celestial se manifiesta debemos dejarlo todo a sus pies, y disponernos a lo que El desea hacer.

Pongamos nuestro corazón y dispongamos nos cuando nos reunamos a orar diciendo :

«Padre nuestro, Rey de los cielos y de la tierra, acá estamos a tu disposición para que sea tu Santo Espíritu el que nos guíe en la oración , en el clamor en la alabanza y adoración.»

Recordemos que el Padre busca Busca verdaderos adoradores en Espíritu y en verdad.

Bendiciones


por Carmen Valdivia C.

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