Pese a tratarse de un debate entre los ocho aspirantes a la nominaciónpresidencial republicana, tanto Romney como Perry fueron los protagonistas deun duelo en el que ambos se presentaron a sí mismos como campeones del empleo ysalvadores de una nación que, consideraron, sólo podrá salir adelanterecortando impuestos, estimulando al sector privado y recortando la supervisióndel gobierno federal en programas como Medicaid y Medicare.
La creación de empleo y la maltrecha situación de la economía se convirtió enel tema dominante del debate. El otro tema de interés fue el de la reformamigratoria que todos rechazaron al unísono mientras “no tengamos una fronterasegura”, sigan existiendo “las ciudades santuario” y los empresarios “sigancontratando a ilegales”.
“Cuando Ronald Reagan tomó su decisión en 1986 (de legalizar a millones queestaban en las sombras), dijo que lo hacía en la inteligencia de que eranecesario reforzar la frontera y mantener un programa legal de trabajadoreshuéspedes”, dijo Newt Gingricht, quien arrancó una ovación al insistir en queel inglés tendría que ser el único idioma oficial en Estados Unidos.
“Estamos lidiando con narcoterroristas”, dijo a su vez Michelle Bachmann, enalusión a la amenaza de los cárteles de la droga y al sumarse a la posición deaspirantes como Perry para demandar un mayor control de la frontera con elenvío de más elementos de la Guardia Nacional. “No podremos tener un debateintelectual apropiado mientras la frontera no esté segura. Y lo que ha dicho elpresidente Barack Obama de que la frontera es hoy más segura que nunca es unamentira abyecta”, remató Perry.
El debate, celebrado en la biblioteca “Ronald Reagan” en Simi Valley,California, se concentró en su mayor parte en el elevado nivel de desempleo queaqueja al 9.1% de la población.
“Es como si Al Gore dijera que él ha sido el inventor de internet”, remató elaspirante Romney.
El debate a ocho, que contó con la presencia de Ron Paul, Michelle Bachmann,John Huntsman, Newt Gingricht, Mitt Romney, Herman Cain, Rick Santorum y RickPerry, se convirtió una oda a favor de la libre empresa, el recorte de losimpuestos y la supresión de la ley de salud aprobada bajo el mandato de BarackObama.
La promesa de que, una vez que lleguen a la Casa Blanca lo primero que haránserá eliminar la ley de salud conocida como “Obamacare” se convirtió en eldenominador común del debate, que se produjo a sólo unas horas del mensaje queel presidente Obama dirigirá a la nación desde el pleno del Congreso, a fin de presentarun plan de rescate que busca reactivar la creación de empleos mediante unaserie de acciones concertadas.
Con todo, los aspirantes republicanos se cuidaron de no amenazar la seguridadsocial.
“La Seguridad Social se puede arreglar”, aseguró Romney, pero sin entrar endetalle de una empresa que muchos consideran misión imposible y que se haconvertido en una pesada carga en el déficit del Estado.
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