Las tempestades se producen de tres maneras: Las generamos nosotros mismos, las genera Satanás o a veces las inicia Dios con el fin de llevar a cabo algo en nuestra vida.
En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud. Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo,
y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.
La Provisión de Dios en medio de la tempestad
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