La salvación: Una oferta fabulosa. Gratis para nosotros, pero a Jesucristo le costó todo

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Me encanta esta representación del Señor Jesús. Seguro que esta fotografia se acerca mucho más a la realidad que todas las que vemos en las catedrales y museos. Él era un hombre real, un hombre de sus tiempos, carpintero, y de apariencia normal. Jesús tenia dos naturalezas pero la que se veía era la de un ser humano normal.

La Biblia dice que Dios es Amor. Pero también dice que Dios es Santo. Esto lo repite tres veces, por lo que debe ser muy importante. Seguramente es el atributo que predomina sobre todos los demás.

“En el año que murió el rey Uzías ví yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo:

“Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de tu gloría”.

1Pedro 1:14-15
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”.

Entonces, como Dios es Santo y es Amor, tenía que buscar una forma de salvarnos que no comprometiera esos atributos

El sacrificio de Jesús fue inmensurable. Nadie ha sufrido nunca lo que sufrió Dios ese día. No podemos ni empezar a imaginarlo.

Primero, la muerte de cruz dicen que es la muerte más horrible que se haya podido inventar. Es una muerte lenta, en la cual el peso del cuerpo hace que se resbale hacia abajo y la postura te impide respirar. Vas perdiendo sangre poco a poco, y la agonía es grande y lenta. Además, a Jesús lo habían azotado y su espalda estaba en carne viva. Tenía que hacer presión para intentar levantarse un poco para poder respirar. Pero a pesar de ese inmenso sufrimiento, el Señor tenía que pasar por otro sufrimiento aún peor. Todos los pecados del mundo serían cargados sobre él.

Todos sabemos lo mal que nos sentimos cuando hacemos algo malo, ¿verdad? Pues imaginemos lo que debió sentir Jesucristo al ser castigado en ese momento por todos los pecados de la humanidad no habiendo hecho nada malo que lo mereciera. El que nunca conoció pecado, fue hecho pecado para pagar la deuda incurrida por todos nosotros juntos. No hay palabras para describir esto.

Finalmente, y lo más doloroso de todo, su Padre amado le dio la espalda porque su Hijo en ese momento representaba el pecado de toda la humanidad, y en su santidad el Padre no podía estar unido al Hijo. Jesucristo se vio abandonado por todos, hasta por su Padre.

“A la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: “Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?”, que traducido es: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

La muerte de Jesucristo en la cruz fue absolutamente necesaria si el hombre se iba a salvar. Solo él puede salvarnos, porque solo él tiene el derecho debido a que nos compró con su sangre derramada en la cruel cruz.

Por eso puede decir: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mi”. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: “Consumado es”.
La obra de la redención estaba consumada. Nuestro rescate estaba asegurado.

La salvación es un regalo de Dios, pagado por Jesucristo. Es gratis para nosotros, pero a Dios le costó todo.

2 Corintios 5:21
“El que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hecho justicia de Dios en él”.

“El que viola la ley de Moisés por el testimonio de dos o tres testigos, muere irremisiblemente. ¿Cuanto mayor castigo pensaís que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”.

Santa Biblia, version Reina Valera


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