lecturas 13 de abril 2010

martes 13 Abril 2010
Martes de la II Semana de Pascua

San Martín I, San Hermenegildo, Madonna dell´Arco, Beata Ida de Boulogne, Beata Margarita de Castello o Metol, San Carpo

Leer el comentario del Evangelio por
Santa Teresa Benedicta de la Cruz [Edith Stein] : «El viento no sabes de dónde viene ni a dónde va»

Lecturas

Hechos 4,32-37.
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie
consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos.
Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor
Jesús y gozaban de gran estima.
Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las
vendían
y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera
a cada uno según sus necesidades.
Y así José, llamado por los Apóstoles Bernabé -que quiere decir hijo del
consuelo- un levita nacido en Chipre
que poseía un campo, lo vendió, y puso el dinero a disposición de los
Apóstoles.

Salmo 93(92),1-2.5.
¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido, se ha
ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás!

Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad.
Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a
lo largo de los tiempos.

Juan 3,7-15.
No te extrañes de que te haya dicho: ‘Ustedes tienen que renacer de lo
alto’.
El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene
ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu».
«¿Cómo es posible todo esto?», le volvió a preguntar Nicodemo.
Jesús le respondió: «¿Tú, que eres maestro en Israel, no sabes estas cosas?

Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo
que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán
cuando les hable de las cosas del cielo?
Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del
hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto,
también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por

Santa Teresa Benedicta de la Cruz [Edith Stein] (1891-1942), carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa
Poesía, Pentecostés 1942

«El viento no sabes de dónde viene ni a dónde va»

¿Quién eres tú, dulce luz que me llenae ilumina las tinieblas de
mi corazón?Tú me conduces como la mano de una madrey si me
soltaras,no sabría dar un solo paso.Tú eres el espacio que envuelve todo mi ser y lo cobija en ti.Abandonado de ti, me
hundiría en el abismo de la nadade donde lo has sacado para
levantarlo hasta la luz.Tú, más próximo cercano a míque no lo
estoy yo de mí misma,más íntimo que lo más profundo de mi alma,y sin embargo inalcanzable e inefable,más allá de todo nombre,¡Espíritu Santo, Amor eterno! ¿No eres Tú el dulce
manáque del corazón del Hijofluye en el mío,alimento de
los ángeles y de los bienaventurados?Él, que ha pasado de la muerte a
la vidatambién a mí me ha desvelado desde el sueño de la muerte a una
vida nueva.Y día tras díame sigue dando una vida
nuevala plenitud de la cual un día me inundará toda entera,vida
de tu vida, sí, Tú mismo,¡Espíritu Santo, Vida eterna!


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