LEVÍTICO PARTE IV/ CÓDIGO DE SANTIDAD/ CAPÍTULO 22

Y cuando ofrezcáis un sacrificio de acción de gracias al Señor, hacedlo de forma que sea aceptable.

El apóstol Pablo afirmaba que cualquier cosa que hagamos, pongamos en ella el corazón, como si lo hiciéramos para Dios y no para los hombres. 

Esto me hace pensar que un sacrificio de acción de gracias puede ser mi trabajo, mis estudios, mi servicio a otros. Me hace pensar que la acción de gracias a Dios no está limitada a cosas religiosas sino más bien a vivir la vida cotidiana y todo lo que ello implica de modo que agrade a Dios.

Y agrado a Dios cuando le pongo el corazón a las cosas que hago, a todo lo que hago. Cuando lo llevo a cabo con cariño, con mimo, con calidad, con excelencia, sin desidia, sin ruindad. Cuando lo ejecuto como si el Señor fuera el destinatario de todo aquello que efectúo y no los hombres.

De modo que el ámbito es toda la vida y poner el corazón la medida de la calidad.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.