ESTAD, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez á ser presos en el yugo de servidumbre
(Gálatas 5:1)
Hoy, muchos hermanos hemos podido asistir a un bautismo de una hermana a la que queremos mucho, Dios sabe cuánto.
El hecho que quiero destacar es un punto que Lidia ha dado en su testimonio que creo que es clave «la libertad».
La palabra libertad en este mundo se confunde con libertinaje. El hecho de hacer lo que queramos y, como decía ella, creernos que somos «jefes» de nuestra vida no es libertad. La libertad verdadera viene cuando nos desprendemos de todo pecado (orgullo, vanagloria, etc.) y vivimos únicamente, para Aquél que vale la pena.
El Señor quiere que seamos libres, Cristo nos ha hecho libres muriendo en la Cruz del Calvario. Nos ha quitado el yugo de servidumbre.
Hermanos y amigos, de verdad, aprovechemos el tiempo, ¿qué nos llevaremos después? Sólo tendremos aquello que es eterno, vivámoslo pués.
Dios nos bendiga
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