Los Dos Testigos / Israel y la Iglesia / Dios nos ha dejado prueba indiscutible de la veracidad de la Biblia (Primera parte)

¿Quién son estos dos testigos? El mundo los conoce muy bien, son Israel y la Iglesia de Cristo. Estos dos testigos son testigos poderosos que demuestran que el Dios de la Biblia es real y verdadero. La Biblia es sin ninguna duda la Palabra del Dios Altísimo.
Los dos testigos se representan como dos olivos en la epístola a los Romanos. Los dos testigos son los representantes de Dios en la tierra.
Israel se representa como un olivo natural. La Iglesia se representa como un olivo silvestre. Dos olivos, dos testimonios.

Algunas denominaciones Cristianas nos han entendido esto. Cuando en el libro de Apocalipsis se habla de los dos testigos, algunos lo interpretan de otra forma, pero los términos en la Biblia son constantes. Si en Romanos Dios llama a Israel y a la Iglesia olivos, no debemos cambiar la terminología.

Israel es el buen olivo, el olivo natural. Esto es una ilustración. Israel es la nación escogida por Dios para revelarse al mundo. Debido a la fe y obediencia de Abran, Dios le prometió bendecirlo y también prometió bendecir a los que lo bendijeran a él, y maldecir a los que le maldijeran, (Génesis 12:1-3). Dios cumplió Su promesa.

Israel ha sido un testigo al mundo de quién es el Dios del universo. La Palabra de Dios fue revelada a ellos, y tanto los patriarcas como los profetas y los apóstoles eran todos Judíos. Pero el mayor testimonio es el Hijo de Dios el cual vino al mundo naciendo también en la nación de Israel. Jesús fue Judío.

Pero cuando la nación de Israel rechazó a su Mesías (su Salvador), Dios se volvió hacia los gentiles y de la raíz del olivo natural originó la Iglesia.

En la Epístola a los Romanos capitulo 11:11-24, el apóstol Pablo habla de estos dos testigos y cómo llegó la salvación a los gentiles, los que no somos judíos.

Romanos 11:17-24
17 Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,
18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
19 Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.
20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
23 Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.
24 Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?
Israel es un testigo vivo de la fidelidad y elección de Dios. Después de miles de años “perdidos” y perseguidos por el mundo, de la noche a la mañana y en el tiempo decretado por Dios, siendo una minoría y casi sin armas ¡consiguen MILAGROSAMENTE conquistar la tierra de Israel de nuevo! Esto estaba predicho en la Biblia ya en los tiempos del profeta Daniel. “Setenta semanas están determinadas para tu pueblo. . .”. Todo concuerda y la profecía se ha cumplido al pie de la letra.

Una vez más: ¡La Iglesia es un olivo, y los Judíos son el otro!

Santa Biblia, vs. Reina Valera

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