Los fracasos del hombre son los éxitos de Dios

 

Jesus es un ejemplo claro de esto. Cualquier humano que viendo de
lejos el ministerio de Jesus y viendo su final en la cruz, pudo
haber pensado: “Pobre hombre, su sueños, sus falsas ideas, sus
creencias erróneas… hasta donde lo llevaron a fanatizarse”.

 

Alguien podría decir; “Tanto hablar de Dios, tanto esmerarse en
dejarlo todo, tanto sufrir… para terminar en la nada”. Pero la
biblia habla de Jesus de la siguiente manera:

 

“Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un
nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús
se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
Fil2:8-11

 

El ministerio de Jesus en la tierra fue excelente,
extraordinario, insuperable, increíble, grandísimo. Pero su
ministerio actual desde los cielos reinando con autoridad es más
grande aun.

 

 Muy a menudo vemos ministerios pasando por problemas y nos
adelantamos a declarar el fracaso. Todo pareciera ser un fracaso
rotundo, aun con problemas y en medio de crisis. Una enfermedad,
una situación gravosa siempre trae un mal sabor de boca, pero
sobre todo nos adelantamos a juzgar.

 

La biblia dice que el usa las pruebas y usa las crisis para sacar
lo mejor de nosotros.

 

“Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más
preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con
fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea
manifestado Jesucristo.” 1 Pedro 1:7

 

 

Muchas de estas palabras se nos olvidan fácilmente. Especialmente
cuando somos nosotros los que pasamos por estas crisis, en
especial cuando vemos que todo se derrumba y ya nada va a ser
igual. Es difícil actuar con gozo cuando viene la prueba, mas sin
embargo la biblia dice:

 

 

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis
en diversas pruebas”. Santiago 1:2

 

Solamente Dios sabe cuando alguien está pasando por pruebas. Pero
es en oración y estando en el Espíritu que Dios te puede llenar
de su paz y tranquilidad.

 

“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo
segarán”. Salmo 126:5

 

Las lágrimas para Dios no son un desperdicio. Con lágrimas se
riegan para la siembra, pero se cosechará regocijo. Con dolor se
da a luz un hijo.

 

“De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis
y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros
estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer
cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero
después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la
angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y
se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.”
 Juan 16:20-22

 

Los días más amargos que pueda vivir un hombre los vivió Abraham
cuando Dios le pidió a su único hijo, en el iba la espera por más
de 90 años, la esperanza de una gran nación, la promesa del mismo
Dios. La biblia dice que Abraham camino durante tres días, el
sabía que iba a sacrificar a su hijo. Pero el también tenía una
esperanza y se mantuvo declarando su confianza en Dios. “Dios se
proveerá de Cordero”, “Dios se proveerá de Cordero”, “Dios se
proveerá de Cordero”…

 

Cuando llego el momento el se mantuvo obediente a Dios, pero
siempre confiando y la biblia dice de Abraham:

“Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto
has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de
cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las
estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar;
y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu
simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por
cuanto obedeciste a mi voz. Gen 22:16-18

 

Todos sabemos que ese sacrificio no se llevo a cabo, sino que
Dios proveyó de cordero para el holocausto y fue así que Abraham
cumplió con el sacrificio completo. Para Dios ese sacrificio si
se consumo. Para Dios la fe de Abraham fue suficiente. Hay cosas
que tu y yo no podemos hacer, no hay sacrificio humano que pueda
lograr lo que Jesus logro en la cruz por ti y por mí. Esa es la
provisión de Dios y en el encontramos todas las promesas y
bendiciones.

 

 “Por la fe Abraham,
cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las
promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te
será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para
levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado,
también le volvió a recibir”. Hebreos 11:17-19

 

Abraham ofreció a su hijo y le volvió a recibir.

Entrégale tu fracaso a Dios. Puedes decir: “No lo entiendo Señor,
pero confió en ti”. No lo entiendo Padre pero confío en tus
promesas”, Dios proveerá de mi necesidad. Abraham necesitaba de
un cordero para el sacrificio. Y Dios se lo dio. Entrega tu
fracaso y tu tristeza y Dios hará algo grande con tu vida.

 

Descuartizar un carnero, no era tal vez lo más agradable y
hermoso. Despellejar y degollar un animar y sangre regada por
todos partes no era lo más hermoso y placentero. Pero era una
manera de obedecer a Dios y el acto mismo era petición de Dios.

Dios te pide dame tus problemas, dame tus angustias, dame tu
soledad, dame tu coraje, dame tu enfermedad, dame tu depresión,
dame tu tristeza, dame tu dolor…

¡Ese es el olor fragante a Dios!.    

Atrévete a creerle a Dios y veras la provisión de Dios. Atrévete
a creerle a Dios y veras con tus ojos que el sacrificio de Cristo
fue para ganar tu éxito en la cruz.

 

Bendiciones!

 

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