LUCAS ESTUDIO 8: CUESTIÓN DE PRÁCTICA

—Los que oyen el mensaje de Dios y lo ponen en práctica, ésos son mi madre y mis hermanos.

Puedo imaginarme la escena. La madre y los hermanos de Jesús quieren acercarse a Él que se halla rodeado de gente. Entiende que su situación es privilegiada por el parentesco que comparten con el Maestro. Son parte de su familia y, por tanto, se sienten con el derecho de tener acceso directo. Es posible que fueran percibidos del mismo modo por las personas que se encontraban con Jesús.

La respuesta del Maestro sorprende porque de nuevo vuelve a romper los esquemas mentales a los que todos nosotros estamos acostumbrados. Nos habla de un nuevo tipo de parentesco que va más allá del sanguíneo, uno basado en lazos espirituales definidos por la obediencia y puesta en práctica del mensaje de Jesús.

Esto me hace pensar en nosotros mismos. Podemos creernos en una posición privilegiada con respecto al resto de la sociedad por el hecho de ser «cristianos evangélicos» Con acceso directo al Padre, superiores moralmente al resto de la sociedad. Ahora bien, el propio Jesús indica que el auténtico parentesco espiritual es aquel definido por la puesta en práctica de su mensaje en este mundo roto en el que nos ha tocado vivir.

Puedo imaginar la decepción de los familiares de Jesús al ver que no tenían ningún privilegio tal y como ellos esperaban. Puedo, también, imaginar mi chasco al ver que tampoco tengo ningún privilegio a menos que la realidad de mi parentesco espiritual se plasme en la práctica del seguimiento de Jesús.


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