MARCOS ESTUDIO 16: ¿A QUIÉN CREER?

Y no lo creyeron.

El primer testigo de la resurrección es una mujer ¡Vaya paradoja! Jesús sabía, como buen judío, que el testimonio de una mujer carecía de total valor y que nadie le daba crédito. A pesar de todo ello decide usar a María Magdalena como la mensajera a aquellos que posteriormente deberían de ser testigos de la resurrección a todas las naciones.

Sabemos que nada es casual en el Maestro y que esta elección tan premeditada debe tener algún tipo de propósito y sentido. Unos versículos más abajo la historia se repite. Jesús decide aparecerse a dos anónimos seguidores suyos que reciben también el encargo de dar la buena nueva a los doce apóstoles, estos no se lo creen. Tal vez porque de nuevo los escogidos no son personas especiales sino eso, dos anónimos y desconocidos discípulos.

Para mí la lección es que nunca debo cerrarme a la voz de Dios venga de donde venga. El Señor puede, y de hecho habla, a través de quien desea y como desea sin que tenga ni la necesidad ni la responsabilidad de adaptarse a mis expectativas de cómo debería comunicarse.

Eso tiene una clara implicación para mí, a saber, estar siempre atento a la voz del Señor venga de donde venga. No despreciarla porque yo piense que el vocero no es digno, no está a mi altura, es más joven, tiene menos preparación y un largo etcétera. Esa actitud de incredulidad lo único que producirá es una incapacidad para escuchar a mi Dios.


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