Un joven de 22 años recientemente envió un correo electrónico a alguien de nuestro staff preguntando esto. Pensamos que sería genial proveer la respuesta en un artículo para que cualquiera que esté luchando con una situación similar, pudiera leerlo. Le pedí permiso al estudiante si podría usar su pregunta como un prefacio para el artículo. Él estuvo de acuerdo, y esta es la situación que enfrenta:
“Me transferí recientemente a una nueva universidad. Hace una semana, uno de mis nuevos amigos y yo hablamos de convertirnos en compañeros de responsabilidad. Usualmente me toma un tiempo tomar la confianza para hablar de este tipo de cosas con la gente, así que me sentí bendecido de que sucediera tan rápido. Pero luego nos confesamos el uno al otro específicamente lo que estaba sucediendo en nuestra vida, y resultó que ambos luchamos con atracciones al mismo sexo (AMS).
Después de esa conversación, estuvimos de acuerdo en que la entrega de cuentas no funcionaría entre nosotros y que compartirnos ese tipo de luchas fuertes no sería beneficioso. Ambos hemos entregado nuestra vida a Cristo y ninguno hemos tenido una relación enfermiza, y no queremos hacerlo ahora. Pero tengo problemas para saber exactamente como deberíamos llevar nuestra amistad de aquí en adelante. Ya que ustedes trabajan en el ministerio y trabajan con otros que luchan con estas atracciones, ¿pueden decirme qué hacen para evitar los conflictos o tentaciones? Lo último que quiero es hacer caer a un hermano. He estado orando por años por alguien a quien pudiera contarle lo que pasa en mi propia vida. Yo sé que Dios intervino para que nos conociéramos. Pero me gustaría respetar a mi amigo en su caminar y al mismo tiempo honrar a Dios en nuestra amistad (…)”
Creo que es absolutamente genial, beneficioso, e incluso necesario tener amigos que luchan con las mismas cosas que tu. Hay mucha sanidad en tener como amigo a alguien que es capaz de empatizar con tu dolor, confusión y luchas. Alguien así puede incluso proveer perspectiva y consejo acerca de lo que les ha funcionado en el pasado en su propio caminar.
Pero debemos también estar alerta hacia nuestras propias vulnerabilidades y quebrantamientos. La dependencia emocional es un tema común entre aquellos que luchan con atracciones al mismo sexo.
Cuando era estudiante de primer año en la universidad, solo unos pocos meses después que decidí dejar la homosexualidad, me hice amigo de un hombre que no tenía inclinaciones o luchas con tal asunto. Yo tuve una corazonada al respecto, pero él siempre lo negó. Su padre dejó a su familia cuando él tenía solo 2 años, para reaparecer sólo esporádicamente a lo largo de su vida. Yo, alguien con “complejo de salvador” me sentí en la obligación de rescatarlo de su ira y ayudarle a sanar. Sin necesidad de decirlo, sabrás que nuestra amistad rápidamente tomó el camino de la dependencia emocional, siendo el sexo entre nosotros el final de ese callejón sin salida.
La destrucción de lo que empezó siendo una buena amistad fue un llamado para que yo despertara. Finalmente me di cuenta de que yo luchaba con la dependencia emocional y que tenía un enorme “complejo de salvador”. Volverme alerta a esas vulnerabilidades me ayudó a poner límites con otros amigos y me ayudó a mantener amistades sanas. Ocasionalmente tendría luchas, pero tenía otros amigos para hablar acerca de cualquier dependencia emocional que se estuviera desarrollando.
La realidad es, no todos tus amigos que luchan contra la AMS serán un problema. Uno de mis amigos más cercanos lucha con atracciones al mismo sexo y nunca hemos tenido ningún problema entre nosotros. Así que, si te encuentras en una situación donde tu compañero de responsabilidad es tentado con lo mismo que tú, ¡No huyas! Conócete a ti mismo, conoce tus vulnerabilidades, mantén límites en la relación (el tiempo que pasan juntos, comunicación entre ustedes, la dinámica de la relación, etc.). Respeta así a tu amigo y honra a Dios con tu amistad.
No estoy diciendo que todos los hombres que tienen atracción hacia el mismo sexo luchan con dependencia emocional. Esa era una de mis debilidades. Pero es importante estar constantemente atento de tus procesos mentales y los limites con otras personas. Ten a Cristo siendo el centro de tu amistad. Eventualmente, quizá incluso ahora, tu necesitarás abrirte y empezar a construir amistades, buscar apoyo y relaciones de rendición de cuentas con hombres que nunca lucharon con la homosexualidad. Ese es un punto clave en la sanidad de la homosexualidad. Hubo mucho crecimiento en mi vida cuando me arriesgué a hacer amigos con aquellos que no podían sentir con empatía lo que a mí me costaba, pero que me amaban de igual manera. Cuando pude ser tan real y abierto como me fue posible, mis amigos se mantuvieron fieles a mi y me animaron cuando podían hacerlo, y me escucharon cuando no sabían que decir.
Esas relaciones fueron en las que encontré tremendo amor y aceptación en un mundo de hombres del cual había temido y del cual me sentía separado por un largo tiempo. Mis relaciones profundas, significativas y reales con otros hombres que nunca lucharon con atracción al mismo sexo verdaderamente me impulsaron en una temporada de gran crecimiento, seguridad en mi masculinidad, y de una nueva perspectiva de aquellos hombres que una vez temí.
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