NO HUYAMOS DE DIOS

Devocional Semanal (No. 005, Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria).
no huyamos de dios
“Vino palabra de Jehová a Jonás… diciendo: Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella… y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis… pagando su pasaje”. Jonás 1:1-3.
Que privilegio es escuchar a Dios y que buenos es saber que Dios habla y sigue hablando a sus hijos. El Espíritu Santo ha venido a morar en los hijos de Dios y mediante Su testimonio da a conocer la voluntad del Señor, y éste mensaje es percibido en nuestro interior y es una razón para gozarnos.
Generalmente cuando el Señor nos comisiona un privilegio, experimentamos un gran gozo en nuestro corazón y nos dirigimos con toda la pasión a hacer lo que Dios nos ha encomendado. En otras ocasiones nuestra respuesta es cómo la de Jonás, huir. ¿Por qué a veces nuestra respuesta es huir al llamado de Dios? Por varias razones, por ejemplo:
1.    La palabra que oímos de Dios no es agradable para nosotros.
2.    Lo que Dios nos entrega no responde a nuestras expectativas.
3.    Los resentimientos y complejos del corazón se levantan e impiden avanzar.
4.    Los miedos a los resultados o desafíos que aparecerán en el camino.
5.    Los fracasos del pasado hacen pensar que será un fracaso más.
Es interesante que el vrs. 3 nos dice: “pagando su pasaje”, el viaje era largo y por tanto costoso, y esto nos recuerda el alto costo que tenemos que pagar cuando no hacemos la voluntad del Señor, y aun quienes nos rodean sufren algunas pérdidas (como les ocurrió a los marineros que iban con Jonás).
El propósito de Jonás era “irse lejos de la presencia de Jehová”, él conocía la teología hebrea muy bien, sabía que Dios era omnipresente, que estaba en todo lugar. Sin embargo, creyó que podía huir de Dios. Que le ocurrió? Creo que lo mismo que sigue pasando hoy: sabemos muchas cosas de Dios, pero nuestro ego y dureza de corazón, terminan siendo más fuertes y hacemos nuestra propia voluntad, experimentando las correspondientes consecuencias.
     
Reflexión final: El testimonio de Jonás nos recuerda que una vez Dios habla, nuestra respuesta, sin duda alguna, debe ser obedecer. Él va delante de nosotros y proveerá lo necesario. Recordemos que nuestra obediencia es nuestra mejor adoración. Cuando obedecemos a Dios, él es glorificado, otros son salvados y nosotros somos bendecidos.

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