NOS URGEN…COMO LÍDERES LAS MUDANZAS INTERNAS

El sábado 17 de abril se llevó a cabo el final de un evento que llamaron: «Tres días tomando mi nación». En esos días se organizaron momentos de oración, intercesión y finalizó con una marcha en distintos puntos de la ciudad. Creo que fue una buena idea. Lamentablemente, no tuvo el impacto que debió tener debido a algo que anda mal en nuestra Iglesia Nacional.

Basados en lo que dice la Biblia con respecto a pedirle a Dios que sane nuestra tierra, como se pretende, es necesario obedecer ciertas órdenes. En 2 Crónicas, 7:14 están bien claras. No hay atajos. No hay veredas escondidas. No hay trato preferencial. O se obedece o la tierra seguirá enferma. O hacemos caso a lo que Dios nos pide o los jóvenes se seguirán matando.

El hermano salvadoreño Tony Vásquez, misionero en España y amigo nuestro, nos lo explicó bien claro. Pero más claro aún está en la Palabra de Dios. Infalible. Inerrante. Sin cambios… El problema está en que queremos tomar nuestra nación cuando las cosas ya están desbordadas. Queremos apagar el fuego cuando ya consumió la casa. Queremos educar al niño cuando ya tiene bigote. Queremos evitar el pecado cuando ya mordimos el fruto. Queremos que nuestra hija no quede embarazada cuando ya la llevaron al motel.  

¡Ingenuos, somos dignos de lástima! ¿Cuándo se debió tomar la ciudad? Diez años antes que sucediera lo que está sucediendo. Debimos orar diez años atrás antes que nuestros jóvenes se enlistaran en las maras. Debimos poner los mandamientos en los dinteles de las puertas de la ciudad hace ya mucho tiempo. Pero como dicen nuestras abuelitas… después del trueno, Jesús- María

La intención de ese acto estuvo buena, pero de intenciones no se salva el país. La Iglesia le ha fallado a esta nación, le ha fallado al pueblo, le ha fallado a Dios. Hemos estado muy ocupados los pastores y líderes organizando nuestro propio reino que nos olvidamos del Reino de Dios. Hemos estado muy ocupados viviendo una caricatura evangélica que ni cuenta nos dimos que en nuestras propias congregaciones están los candidatos a ser reclutados por la violencia y la maldad… Porque no han visto pastores y líderes que sean íconos que valgan la pena imitar. Le hemos fallado a la juventud. Y en tres días queremos «tomar» la ciudad… ¿Y ahora que ya pasaron? ¿Qué vamos a seguir haciendo?

Quizá mis queridos hermanos pastores (si es que me consideran su hermano por la Sangre de Cristo) debiéramos revisar nuestras conductas privadas. Revisar nuestras motivaciones. Revisar nuestros más escondidos intereses personales. Estoy convencido de que Dios sanará nuestra nación, cuando nosotros, los encargados de llevar la Palabra y la Sabiduría al pueblo, cumplamos los pasos que Dios exige para hacer Él su parte. Y note que es lo último que dice el verso…»…yo oiré desde los cielos (¿qué va a oír?)  y perdonaré sus pecados (¿cuales?) y después que ustedes, pastores, hayan hecho su parte… YO SANARÉ SU TIERRA.

Esto nos pone en la disyuntiva de tener que hacer un buen inventario de nuestra relación personal con Su Majestad. Somos mayordomos, no dueños. Somos siervos, no señores. Necesitamos cambiar nosotros los pastores...Como escribió Swindoll: «En un día de líderes manchados, héroes caídos, padres atareados, entrenadores frenéticos, arrogantes figuras de autoridad, y genios con aire en la cabeza, necesitamos líderes como nunca antes; necesitamos guías, no dioses; almas abordables, interesadas, que nos ayuden a abrirnos paso por el laberinto de la vida; compañeros invisibles, susurrando esperanza y regaños en nuestro recorrido hacia la excelencia».

Nuestras ovejas necesitan ver hombres que se sientan y sean débiles para buscar la fuerza en Cristo. Necesitan ver hombres valientes, que reconozcan sus miserias, sus debilidades y su urgente necesidad del colirio que solo el Señor nos puede aplicar. Hoy hay que orar para que no nos pasen las cosas que están pasando en el norte… Porque de nada valdrá que volvamos a tomar nuestra nación cuando las leyes ya estén firmadas. Usted entiende, ¿verdad?


Comentarios

Una respuesta a «NOS URGEN…COMO LÍDERES LAS MUDANZAS INTERNAS»

  1. Avatar de Carlos Berges
    Carlos Berges

    Excelente artículo. Pienso lo mismo: La Iglesia le ha fallado a Dios, a la familia y al país. Con un poco de maquillaje de «tomar la ciudad en tres días» o haciendo «marchas para Jesus» ha querido impresionar al infierno y lo que ha hecho es desafiar al mismo Diablo porque él ya no le hace caso a esas demostraciones de tres días o un estadio lleno de evangélicos que al salir o terminar su evento vuelven a sus vidas carnales y aburridas. Es como si el Diablo dijera: «marchen, canten y griten lo que quieran, los quiero ver en sus hogares, frente a sus televisores o tratando mal a sus esposas y entonces veremos quien toma a quien.

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