Paternidad…El Diseño de Dios

Colegas amados en Cristo, vengo completamente admirado de estar junto a grandes hombres de la fe, grandes obreros que llevan una vida de dedicación. En realidad no soy muy sencillo de complacer en este tema, ya que Dios me ha llamado a discernir el espíritu de aquellos ministros que dicen hablar en nombre de Dios a fin de comprobar si tal cosa es así. Pero también tengo ese amor por aquellos grandes hombres de fe, creo en ellos y su ministerio.
Pues bien amigos y amigas, el asunto es que acabo de participar en un congreso sobre «Paternidad de Fe», al cual asistieron exponentes como el Apostol Byron Walter desde los Estados Unidos y el Apostol Juan Andres Busso desde Argentina, hombres que realmente capturaron mi atención, a eso me refiero, hombres sencillos con un poderoso mensaje de boca del Dios vivo.

En resumen, lo que capturó toda mi atención es lo que se llama «El Diseño de Dios», y no nos referimos a ese falsamente llamado «Arquitecto del Universo» [en otra oportunidad tocaré ese tema que de seguro les interesará], sino más bien que Dios trae un diseño de gobierno, una restauración de padres e hijos, una relación de Pablos y Timoteos.
Dios es el creador de todo, y dice la carta a los Romanos 11.36.- que «…todo es de Él, por Él y para Él…». Entonces Dios ha diseñado un gobierno basado en la paternidad, Él quiere que seamos hijos humildes que sepan obedecer a su padre, y así quiere que seamos padres humildes que demos que enseñar a nuestro hijos. Y no me refiero a un aspecto biológico, sino más bien espiritual, paternidad de fe es obedecer el diseño de Dios en relación al amor y disciplina que un padre da a su hijo y este obedece en función al amor y disciplina.
Para concluir, según lo explica Dios en su sagrada palabra, el gobierno de Dios no es un liderato frio, ya que el lider busca que otros le ayuden a llevar a cabo un objetivo trazado por él, mas el Gobierno de Dios establece paternidad, en este diseño el padre no busca lograr sus objetivos, sino que sus objetivos son sus hijos, y no ve a sus hijos como colaboradores sino como el todo de su labor como padre. Y bien lo explica Salomón en su compilado de proverbios, como por ejemplo en Proverbios 23:26.- «»… Dame, hijo mio, tu corazón…»
Es así como Dios nos ve, no como un número, no como un diezmo, no como un talento o habilidad, Él nos ve como un todo, como la creación máxima y única de sus manos, no nos ve como el medio para llevar su palabra, sino que por medio de llevar su palabra muchos llegarán a ser hijos de Dios, el Padre de los padres.


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