Leer a los hijos, según dicen los expertos, es un acto de amor, además de ser un ejercicio de imaginar, pensar y sentir.
Dice Felipe Garrido que los enemigos de la literatura, creen que leer poemas, cuentos y novelas es una forma de perder el tiempo. Pero… «solo un buen lector de literatura será un buen lector de todo lo demás».
«La niña que lee una novela, el muchacho que escribe un poema, la madre que vuelve a contar la historia del niño de dulce, el maestro que lee frente al grupo un capítulo de La Isla del Tesoro no pierden el tiempo: están construyendo un mundo mejor».
«Leer juntos es una manera de crear y de estrechar lazos de amistad y de amor».
Todo esto para decir que este fin de semana disfruté ir a la FILIJ y comprar nuevos libros con mi hijo. Al final de cuentas, no leemos para que todos seamos escritores, sino para que, como dice Gianni Rodari, «nadie sea esclavo».
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