Por qué Libres en Cristo tal vez no es para ti

Queremos explicarte por qué tal vez no podamos responder a tu solicitud de ayuda: Libres en Cristo tiene un llamado muy específico, atender a los cristianos y cristianas que necesitan ser libres de una adicción sexual.

Una adicción es un comportamiento sexual que se ha salido de control durante muchos años, y que interfiere con tu vida social, sentimental, matrimonial y laboral, y que te ha separado de Dios. No todos los hombres y mujeres cristianos están en una adicción, y las herramientas que tenemos no son para todos; estamos conscientes de que este es un trabajo pionero y nos gustaría tanto que hubiera otros ministerios que se construyeran en la Iglesia de otras áreas de la sexualidad del cristiano, pero esos no somos nosotros por ahora.

Los siguientes son algunos de los casos que no pertenecen a nuestro llamado:

Quieres ser un mentor.

Tal vez viste nuestros recursos y quieres ser un mentor. Para eso, necesitas completar el curso de 60 días y luego, hacer otro curso de 120 días; estar dispuesto a contar tu testimonio en público, a ofrendar con tus talentos en otras áreas del ministerio, y a asistir a nuestras reuniones mensuales. Todos nuestros mentores han sido libres de su propia adicción sexual; si nunca has experimentado el pecado sexual (o no estás dispuesto a reconocerlo), difícilmente podrás identificarte con el necesitado. Hasta ahora, nadie que haya empezado el curso “sin tener problemas” lo ha completado.

Fuiste libre del pecado sexual hace mucho tiempo.

Sabemos que nuestros principios pueden solidificarte, pero necesitamos también evaluar si debes tomar el curso, cuando ya dejaste tu conducta sexual nociva hace mucho tiempo. Por favor comprende si te pedimos que tomes el curso por tí mismo sin la interacción de un mentor o mentora.

Vienes a nosotros por diversión o ‘entretenimiento cristiano’

Hemos recibido solicitudes de ayuda que dicen “tengo una apuesta con un amigo para ver si puedo cambiar”, o “mis amigos se inscribieron, vine a ver que hacen ustedes”. Por favor no lo hagas, no le daremos seguimiento a tu solicitud. Hay ocasiones en las que recibimos invitaciones para llenar el programa de un aniversario de iglesia, o para un campamento, como el número principal del entretenimiento. No nos malinterpretes, pero no hacemos eso; nuestro trabajo es uno a uno, de carácter pastoral, y nuestras operaciones son online. Asistimos a contados eventos, generalmente ya marcados en agenda por alianzas que tenemos.

Es tu primera vez en pecado sexual.

Acabas de perder tu virginidad, o este mes descubriste la pornografía y la masturbación. Probablemente, no hayas desarrollado una adicción sexual como tal, y lo que necesites sea ayuda de un consejero en tu iglesia, confesarlo a tus líderes, o poner un filtro en tu computadora. Nuestros principios aplican para quien ha desarrollado hábitos obsesivos o compulsivos con el pecado sexual, y cuya personalidad se ha torcido o truncado por años de sufrimiento, y quienes están sexualmente activos en una práctica que detestan. Cada caso es individual y necesitamos evaluarlo.

Quieres ayudar a un familiar/amigo en necesidad.

Entendemos tu carga y tu dolor, pero realmente no hay forma de empacar nuestros principios y que se los regales a otra persona. Durante el curso de 60 días, un mentor o mentora te guiará a tomar decisiones y a formarte un estilo de vida distinto, que requiere sacrificios. No puedes tomar estas decisiones por otros (cortar amistades, renovar tu vida devocional, pedir perdón a Dios y a quienes has herido sexual o emocionalmente). Te invitamos a que leas este artículo, y este otro.

Necesitas un seminario o enseñanza de educación infantil o del adolescente.

El segmento al que nos dedicamos es al de los jóvenes adultos y parejas jóvenes. Eso no significa que no atendamos adolescentes ni hombres o mujeres en la edad adulta que no hayan vivido en una conducta sexual verdaderamente promiscua y adictiva. Pero no atenderemos seminarios preventivos, para hablar de anatomía femenina y masculina, ni de medios anticonceptivos, ni de abstinencia sexual, ni tampoco a colegios en donde el profesor de biología tiene vergüenza de enseñar las clases que tienen que ver con el aparato reproductor masculino y femenino  Nuestro llamado es atender al que ya está enredado en pecado sexual. En los siguientes enlaces hay material que puede guiarte para resolver tus dudas acerca de la sexualidad de los niños y adolescentes.

Si en realidad NO deseas dejar el pecado.

Tal vez te sientes culpable por lo que hiciste anoche, pero realmente, disfrutas del pecado sexual, y no tienes mayor cosa que perder si sigues como estás. Cuando las consecuencias del pecado aún no superan tu dolor, entonces no estás listo para pedir ayuda. Casos así, nos generan un ciclo de pedir ayuda y recaer, y pedir ayuda y volver a lo mismo; nuestro enfoque es ayudarte de manera radical a dejar tu vida vieja atrás. Es un precio alto el que tendrás que pagar, no en dinero sino en inversión de tiempo y emociones. Piénsalo un momento.

Tienes problemas sexuales con tu pareja.

Es cierto, escribimos con regularidad acerca de relaciones sexuales, pero nos enfocamos en la restauración del matrimonio en el cual uno o ambos cónyuges han estado en pecado, como en pornografía o infidelidad. Si tienes dudas acerca de posiciones sexuales, o acerca de la frecuencia de tu vida sexual, no consideraremos ofrecerte la ayuda de un mentor. En este enlace puedes encontrar información que te sea útil, y este otro responde a una pregunta clásica: ¿Es permitido para un cristiano practicar el sexo oral y el sexo anal?

Ciertos casos de abuso sexual.

Hay ocasiones en los que el abuso sexual en la infancia generó una adicción sexual en la edad adulta: conducta promiscua, adicción a las relaciones, compulsión con ver pornografía, anorexia sexual, etc. Pero hay otras ocasiones en las que es necesaria la consejería o la psicología cristiana para restaurar una vida, y donde no hay presente una conducta sexual adictiva. Permítenos indicarte si Libres en Cristo es para ti, o si puedes buscar ayuda con un consejero en tu Iglesia.

***

Quisiéramos disponer de una red de ministerios para cada necesidad; por ahora estamos conscientes de que el enfoque es el fundamento para cumplir con lo que Dios nos ha llamado a hacer. Nuestros recursos (en todo sentido, incluyendo humanos) son limitados, y asignaremos mentores y respuestas personalizadas a aquellos que estén en necesidad.

Si tienes alguna duda, revisa nuestra sección de preguntas, o escríbenos a info@libresencristo.org

Bendiciones, te deseamos lo mejor.


Comentarios

2 respuestas a «Por qué Libres en Cristo tal vez no es para ti»

  1. Ayúdenme mi esposo intenta y no puede dejar la malos habitos esta dispuesto pero no se como mas ayudarlo ,estamos intentando recuperar nuestro matrimonio nuestra familia pero todo vuelve a destruirse en pocos dias

  2. Avatar de Blogs Cristianos
    Blogs Cristianos

    Querida Jeymi,

    Comprendo que estás pasando por un momento muy difícil y desafiante. Tu amor por tu esposo y tu deseo de ayudarle son evidentes, y te admiro por tu valentía y compromiso en enfrentar estas dificultades.

    Primero, quiero recordarte que, aunque ciertamente puedes apoyar a tu esposo, la decisión y la capacidad de cambiar deben venir de él mismo. Tú no puedes controlar sus acciones ni asumir la responsabilidad de sus decisiones. Como dice Gálatas 6:5, «Porque cada uno llevará su propia carga».

    En segundo lugar, es importante que tu esposo busque ayuda profesional si está luchando contra adicciones u otros problemas graves. Existen programas de rehabilitación, consejeros y terapeutas especializados que pueden brindarle la ayuda que necesita. Recuerda que no hay vergüenza en buscar ayuda; de hecho, es un acto de valentía y autoamor hacerlo.

    Te animo a que también busques apoyo para ti misma. Un consejero o un grupo de apoyo puede ofrecerte una valiosa orientación y comprensión mientras navegas por este difícil camino.

    Ora por tu esposo y por tu matrimonio. Pide a Dios que lo guíe hacia la sanación y la transformación, y que te dé la fortaleza y la sabiduría que necesitas en este momento. Recuerda que Dios ama a tu esposo incluso en sus luchas y fallas, y también te ama a ti. Él desea la sanación y la restauración para ambos.

    Por último, te recordaría que tu valor y tu identidad no dependen de las acciones de tu esposo. Eres amada y valiosa para Dios, y mereces ser tratada con amor y respeto. Si en algún momento te encuentras en una situación que amenaza tu bienestar físico o emocional, es importante que te protejas y busques ayuda.

    Que Dios te bendiga y te guíe durante este tiempo desafiante. Mantén tu fe y esperanza en Él. Él es nuestra fortaleza y refugio en tiempos de problemas (Salmo 46:1).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.