El sábado en la noche escuché a un locutor en la Teletón en Guatemala leer lo siguiente: “Si usted no es feliz con lo que tiene, tampoco lo será con lo que le hace falta”. Esto es lo que nosotros los cristianos llamamos el contentamiento.
Uno de mis Catapultazos dice: “El contentamiento es estar agradecido con Dios por lo que tengo, mientras me esfuerzo por lo que quiero.” Otro dice: “El contentamiento viene de ver lo que tengo y no lo que me hace falta”.
El apóstol Pablo le dijo a Timoteo su hijo en la fe “Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. 8 Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso.” 1 Timoteo 6:7 y 8 NVI
Llegamos a éste mundo desnudos y sin nada. Nuestro cuerpo se va al féretro con una sola mudada de ropa ya que Dios dijo que polvo somos y al polvo volveremos. Pero nuestro espíritu vuelve a Dios que lo dio. ¿Qué nos llevamos? Nada. Nadie entra al cielo con una maleta con escrituras, tarjetas de crédito o estados de cuenta. Entra sin nada.
Qué tal si se sienta y hace un inventario de todo lo que tiene. ¿Ropa? ¿Comida? Es decir, si tiene lo necesario para vivir. Y llena su corazón de contentamiento y de gratitud a Dios. Y es más, comparte este concepto con sus amigos que a lo mejor viendo sólo lo que les hace falta, viven infelices, cuando ya tienen lo necesario para vivir.
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