PROVERBIOS ESTUDIO 26: IGUAL QUE EL NECIO

No te pongas al nivel del necio o resultará que el necio eres tú.

El triunfo del necio no es lo que dice o deja de decir, lo que hace o deja de hacer, sino que consiste en volvernos en tan necios como él lo es.

En las conversaciones el necio crea una dinámica que puede despertar, lamentablemente, lo peor que hay en cada uno de nosotros. Hay personas que tienen esa capacidad y pueden arrastrarnos, aún en contra de nuestra voluntad, a una dinámica que, al final de la misma, nos hace sentirnos mal con nosotros mismos, porque más allá de que hayamos ganado o no en la confrontación dialéctica el necio ha conseguido que nos pongamos a su propio nivel, que seamos como él, que respondamos y actuemos del mismo modo que lo hace. Nos ha convertido en lo que él es y, consecuentemente, nos ha vencido.

Frente a ello el manual de la vida ya nos ha dado suficientes sugerencias y orientaciones: el silencio, la palabra suave, el control de uno mismo. Todas estas estrategias desarman al necio porque nos previenen de caer en la trampa, de ponernos a su misma altura, de convertirnos en lo que es. La Biblia nos invita a tener perspectiva y darnos cuenta que lo más grave en la confrontación con el necio no es perderla, sino volvernos necios nosotros mismos.

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