«Cuando toda la gente acabó de pasar el Jordán, Jehová habló a Josué y le dijo: Tomad del pueblo doce hombres, uno por cada tribu, y dadles esta orden: Tomad de aquí de en medio del Jordán, del lugar donde han puesto sus pies los sacerdotes, doce piedras, las cuales llevaréis con vosotros, y las depositaréis en el lugar donde habéis de pasar la noche» Josué 4:1-3
En este pasaje podemos observar que a Dios nos invita a que tengamos buena memoria, a que recordemos, a que en nuestra memoria tengamos la imagen de los sucesos maravillosos en los cuales él ha intervenido (incluyendo el más grande de todos, cuando entregamos nuestras vidas a Jesucristo).
Es importante que contemos a otros nuestro testimonio, cada uno de nosotros tiene una historia con Dios que relatar, claro que no todos hemos sido sanados de una enfermedad terminal ni todos venimos de un mundo de drogadicción, por poner un par de ejemplos, pero aun así cada uno de nosotros conoce algo de Dios de manera personal.
¿Recuerdas un momento en particular donde hayas tenido un encuentro con Dios? ¿Cómo reaccionaste en ese momento? ¿Cómo reaccionarias hoy al recordarlo?
«Para que esto quede como una señal entre vosotros. Y cuando vuestros hijos pregunten a sus padres mañana: ¿Qué significan estas piedras?, les responderéis: Las aguas del Jordán fueron divididas delante del Arca del pacto de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron, y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre» Josué 4:6-7
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