Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu vida.
Aunque no hayas estudiado en una escuela de comunicaciones tu vida puede transformarse en un reportaje modelo.
Aunque no tengas gran cultura puedes cultivar la sabiduría de la caridad.
Aunque tu trabajo sea humilde, puedes convertir tu día en oración.
Aunque tengas cuarenta, cincuenta, sesenta o setenta años, puedes ser joven de espíritu.
Aunque las arrugas ya marquen tu rostro, vale más tu belleza interior.
Aunque tus pies sangren en los tropiezos y piedras del camino, tu rostro puede sonreír.
Aunque tus manos conserven las cicatrices de los problemas y de las incomprensiones, tus labios pueden agradecer.
Aunque las lágrimas amargas recorran tu rostro, tienes un corazón para amar.
Aunque no lo comprendas, en el cielo tienes reservado un lugar…
Todo, Todo… depende de tu confianza en Dios y de tu empeño en SER un digno hijo suyo.
Arturo Quirós Lépiz
Hay cosas que se pueden lograr de manera más efectiva y que hablan mucho más que ciertos logros que el ser humano anhela. Recuerda que un pequeño niño fue instrumento para ver el milagro de Jesús de alimentar 5000 personas. Tú eres un instrumento aunque no hayas logrado otras cosas.
Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, dijo a Jesús:
Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tantos?
Jesús dijo: Haced que la gente se recueste. Y había mucha hierba en aquel lugar. Así que los hombres se recostaron, en número de unos cinco mil.
Juan 6:9,10
Fuente: Renuevo de Plenitud
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