Requisitos para la predicación

Asamblea de Westminster

Asamblea de Westminster

Los teólogos reunidos en la Asamblea de Westminster no sólo escribieron la Confesión y los Catecismos. Un documento que no es tan conocido es el “Directorio para la Adoración Pública de Dios“. Como su nombre lo indica, este documento enseña como debe ser realizado el culto a Dios.

Preparando un curso sobre predicación me encontré con la sección del Directorio que habla sobre la predicación y, en ella, con siete requisitos que debe cumplir el predicador. Veamos a continuación lo que el Directorio dice sobre como se debe predicar:

1. Con diligencia, no haciendo la obra del Señor negligentemente.

2. Con claridad, para que el más ignorante pueda entender; presentando la verdad no con palabras persuasivas de sabiduría humana, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que no se haga vana la cruz de Cristo; absteniéndose también de usos improductivos de idiomas desconocidos, expresiones, palabras y frases extravagantes; y procurar citar en manera moderada frases de escritores eclesiásticos o de otros hombres, antiguos o modernos, por muy distinguidos que sean.

3. Con fidelidad, tomando en cuenta el honor de Cristo, la conversión, la edificación y la salvación del pueblo, y no su propio provecho o gloria; sin retener nada que pueda promover estas metas sacrosantas, impartiendo a cada uno su propia porción, y rindiendo igual respeto a todos, sin descuidar las personas más insignificantes, o tolerar a las más distinguidas en sus pecados.

4. Con sabiduría, moldeando todas sus doctrinas, exhortaciones y especialmente sus reprensiones, de manera que tengan la mayor eficacia posible; mostrando todo debido respeto a cada persona en su puesto y relación, sin mezclar sus propias pasiones o resentimientos.

5. Con seriedad, como es digno de la Palabra de Dios; evitando todo gesto, lenguaje, y expresión, que ocasione o instigue las corrupciones pecaminosas de las personas para que lo desprecien a él y a su ministerio.

6. Con un afecto entrañable, para que el pueblo pueda ver que todo lo que brota de su celo piadoso y deseo sincero es para hacerles bien.

7. Como enseñado por Dios y persuadido en su propio corazón, de que todo lo que él enseña es la verdad de Cristo; y caminar en ella delante de su rebaño, como un ejemplo para ellos; con diligencia, tanto en privado como en público encomendando sus labores a la bendición de Dios y teniendo un mirada vigilante sobre sí mismo, y del rebaño del cual el Señor lo ha hecho obispo. Así de esta manera la doctrina de verdad será mantenida incorrupta, muchas almas serán convertidas y edificadas, y él mismo recibirá consuelos múltiples de su labores aun en esta vida, y después la corona de gloria preparada para él en el siglo venidero.

Archivado en: Nuestros estudios Tagged: predicación


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.