RÍOS DE AGUA VIVA, JUAN 7:37-39

RÍOS DE AGUA VIVA
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria) 
El agua es un elemento indispensable de la vida física: el Espíritu Santo es indispensable en la vida espiritual. El Espíritu trae limpieza apartándonos de los hábitos pecaminosos, y es fuente que produce ríos de santidad, y renovación que sacia la necesidad del hijo de Dios en la tierra. «Agua viva» es el agua en contraste con las aguas estancadas de cisternas o pantanos; es un agua que salta a borbotones, y genera vida en la tierra seca y estéril… 

RÍOS DE AGUA VIVA, Juan 7:37-39.
1. En la Escritura el Espíritu Santo es presentado mediante varios símbolos: fuego, viento, aceite, agua, entre otros.
Los símbolos de Espíritu Santo nos hablan de diversas obras que hace el mismo Espíritu, por ejemplo: avivar (encender el fuego que se apaga), de refrescar (en medio del calor abrazador), de lo nuevo (aceite fresco, por eso dice: “él multiplica mis fuerzas como las del búfalo y me unge con aceite fresco”), de saciar la sed (es el agua del Espíritu que renueva), etc.
2. El Espíritu Santo renueva la vida de Cristo en el creyente, Jn. 7:37-39. 
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”.
El poder del Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que el agua hace en el orden material. El agua purifica, refresca, apaga la sed y convierte el campo estéril en tierra fructífera. Purifica lo que está manchado y restaura la limpieza; es un símbolo muy apropiado de la gracia divina que no solamente limpia el alma sino que le añade belleza.
3. Dentro de ti está la fuente de tu renovación, de tu restauración, es el Espíritu Santo quien ha venido para fortalecerte, renovarte, saciar tu sed de Dios, para darte nuevas fuerzas y conducirte al propósito para el cual fuiste creado. En medio de las dificultades, en medio de la sequía espiritual, acércate al Señor, fortalece tu comunión con el Espíritu Santo, y no saldrás decepcionado. Él quiere derramar sobre ti cada vez más la unción del Espíritu Santo.  
La Escritura dice: “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías (Tiempo seco, difícil, pérdidas, escasez, soledad…) saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. Recordemos además que el agua limpia, purifica, es el Espíritu Santo quien nos redargüye para corregir aquello que no agrada Dios.
Reflexión final: El Espíritu Santo quiere darse a conocer, quiere enseñarnos, como en su tiempo lo hizo Jesús con los doce. El Espíritu Santo quiere renovarte, fortalecerte, ungirte y conducirte al diseño de Dios para ti.
Te invitamos a leer:



Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.